Va llegando la sombra, lentamente,
y nos cubre y nos tapa con cariño,
es un velo muy denso y no de armiño,
una bruma de nubes inclemente.
Es la hora en que llaman, realmente,
a dejar ese tic barbilampiño,
y afrontar con valor el desaliño
de ese viaje del alma eternamente.
Porque el viaje no sabe de caminos,
ni de etapas por sendas y praderas
y obedece a designios repentinos.
En el bosque se cortan las maderas,
en la senda caminan peregrinos
y a la muerte te vas aunque no quieras.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/06/17
Hoy hablas de muerte en tu poema, en este día tan especial para mí, prefiero no decir más, amigo Rafael.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo siento María.
EliminarUn abrazo especial.
Cuánta naturaleza y cuánto viaje te habita, Rafael. Salta a la vista entre tus bellísimas líneas. Me encanta leerte.
ResponderEliminarGracias Luzbeth, me alegro de que te gusten mis letras.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Duro el final pero verdadero . Saludos Rafael
ResponderEliminarGracias Edith.
EliminarUn saludo.
Jo que triste .. que emotivo Rafael
ResponderEliminary que cierto, me emocinan tus versos
Besitos y abrazos grandes , feliz dia
Gracias Cora.
EliminarUn abrazo y feliz martes.
LA POESÍA ES HERMOSA PERO A VECES TENGO MIEDO LEERLA AL COMPLETO.
ResponderEliminarGracias por tu visita y es que hasta las rosas tienen voz ...muy quedamente .
abrazos
La poesía no debe de causar miedo, Marina, al contrario.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Qué buen soneto.
ResponderEliminarEspecialmente me gustó la tercera estrofa.
Felicidades.
Abrazo.
Gracias por leer y fijarte en esa estrofa tercera, Verónica.
EliminarUn abrazo.