miércoles, 5 de febrero de 2025

6.103 - NO SÉ...



No sé, por qué razón,

las aguas de los ríos,

se funden con el mar

igual que en un suspiro.


Tampoco se me alcanza

saber el por qué vivo,

y algunas veces lloro

y en otras me sonrío.


Son nubes en el alma,

tormentas y entresijos,

que nacen y prosperan

al par de los latidos.


Venimos a este mundo

el día en que nacimos,

y luego va creciendo

el cuerpo y los sentidos.


Venimos con un alma,

nos dicen, desde niños,

que busca en todas partes

la meta y el principio.


Vagamos por el mundo

detrás del infinito,

a veces, olvidando

el hoy en que vivimos.


Por eso las preguntas

resuenan como gritos,

que piden las conciencias

de pobres y de ricos.


Preguntas a la vida,

también a los amigos,

a padres y familias,

incluso a los vencidos.


Silencio en las respuestas

que llegan al oído,

no hay pasos en el eco

que ofrecen los caminos.


Por eso las preguntas

se ahogan con el grito,

que lanzas a los cielos:

"¿Por qué, Dios mío, vivo...?"


Rafael Sánchez Ortega ©

01/02/25

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