Sonaban las campanas
del viejo monasterio,
que estaba en la colina
haciendo de farero.
Servía de vigía
velando por el celo
de algunos peregrinos
que andaban los senderos.
Tenía, entre sus piedras,
nostalgia de otros tiempos,
retazos de la historia
vivida por ancestros.
Sus muros contenían
latín y padrenuestros,
uncidos por el hombre,
durmiendo por los suelos.
Las viejas catedrales,
volvían al recuerdo,
sacadas de relatos
de padres y de abuelos.
¡Qué día tan precioso
dejaba este febrero,
con nieve por los montes
y nubes bajo el cielo!
Estampa precursora
de ratos y momentos,
en nuevas primaveras
inquietas con sus sueños.
El sueño de los niños
que viven, de pequeños,
un mundo de utopías
sin límites ni tiempos.
Sonaron las campanas
y tú quedaste quieto,
pensabas en los ojos
que tú ofreciste un verso.
"...Un verso vida mía,
es todo lo que tengo,
un verso a tus pupilas
dedican hoy mis dedos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/25
Se esas piedras hablaran, cuanto nos contarian.
ResponderEliminarEstos versos nos cuentan belleza.
Feliz jueves.
Muy linda imagen de el antiguo monasterio, imágenes que en nuestra tierra no existen, hay lugares con historia, pero no como en Europa con tantos años y misterio.
ResponderEliminarmariarosa