He sentido asco
mirando tu persona
y al escucharte.
Fuiste el actor
fugaz y mentiroso
que siempre has sido.
Y se borró
del alma, la esperanza,
que allí existía.
Mentiste hoy,
y mientes cada día
a quien te sigue.
¡Qué fácil es
creer en las mentiras
como tú crees!
Pero la angustia
y el asco se revuelven
con tu presencia.
Eres el miedo
y el fango que despierta
turbias pasiones.
Haces que el odio
despierte, y que desgarre,
los corazones.
Tú nos divides
haciendo del amor
una utopía.
Amor y paz,
busquemos esa meta,
en nuestras vidas.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/06/25
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