Hoy, me despiertan,
los ecos de un pasado,
llamado otoño.
Era septiembre,
recuerdo todavía,
en pleno bosque.
Y tú saliste,
volando, entre las ramas
de unos hayedos.
Ibas vestida
con prendas de colores,
vendiendo vida.
Y me embrujaste,
siguiendo allí tu vuelo
por los senderos.
Te vi volar,
perderte entre otras ramas,
marchar muy lejos.
Me estremecí.
No puedo ahora negarlo,
y suspiré.
Cerré los ojos
y luego, de mis labios
surgió tu nombre.
Te amé, en silencio,
y te amo, todavía,
"mi mariposa".
Rafael Sánchez Ortega ©
25/06/25
Un refrescante poema para un domingo abrasador. Feliz día, besos.
ResponderEliminar