Principio y fin
de un sueño, en el verano
y, ya pasado.
Otro verano,
es ahora el que comienza
desde un invierno.
Y es que la edad
avanza, y no perdona,
seguir soñando.
De todas formas,
sigamos con los sueños;
siempre es bonito.
No hacemos daño,
los sueños son recursos
de los poetas.
Ellos los crean,
los llenan de su magia
y les dan vida.
Sueños de niños,
de ancianos y mayores,
que hacen volar.
Y les transportan
a un mundo imaginario
y sin fronteras.
Nacen sonrisas,
en labios temblorosos
que enjugan llantos.
Y hasta el amor
revive en estos sueños
y alcanza el alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/06/25
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