Aquellas tardes de junio,
con azules plateados,
fueron chispas de alegría
que en el alma se quedaron.
Las viví profundamente
percibiendo sus regalos,
con la gracia de la vida
y los besos de tus labios.
Fueron tardes que recuerdo
de paseos por el campo,
donde hablaban las pupilas
y los dedos de las manos.
Fueron ratos y momentos
con suspiros tan variados,
que callaban las cigarras
apagándose sus cantos.
Más pasaron esos días
y volvimos al trabajo
al colegio y la rutina
de las aulas y el arado.
Yo buscaba tu presencia
cada día, en solitario,
a la puerta de la clase
y en la sombra de aquel árbol.
Era un roble envejecido,
casi, casi centenario,
con sus ramas retorcidas
y su tronco muy arrugado.
Pero el roble me escuchaba
y sentía de él su abrazo,
a la vez que mis pupilas
no podían con su llanto.
Tú marchaste en otra tarde
cuando ya llegó el verano,
y lo hiciste en el silencio
con los ojos muy cerrados.
Y recuerdo, en tu partida,
que los cielos te lloraron,
y hasta hablaban las camelias
y las rosas sin pensarlo.
Eras pura poesía,
transformada en un humano,
que miraba al infinito
con el rostro enamorado.
Eras ninfa y eras hada,
de los bosques y los prados,
y llevabas la sonrisas
en tus labios con un lazo.
"...Aquellas tardes de junio,
no se olvidan, y las guardo,
con la gracia, en mi recuerdo,
y el salero de tu encanto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/06/13
con azules plateados,
fueron chispas de alegría
que en el alma se quedaron.
Las viví profundamente
percibiendo sus regalos,
con la gracia de la vida
y los besos de tus labios.
Fueron tardes que recuerdo
de paseos por el campo,
donde hablaban las pupilas
y los dedos de las manos.
Fueron ratos y momentos
con suspiros tan variados,
que callaban las cigarras
apagándose sus cantos.
Más pasaron esos días
y volvimos al trabajo
al colegio y la rutina
de las aulas y el arado.
Yo buscaba tu presencia
cada día, en solitario,
a la puerta de la clase
y en la sombra de aquel árbol.
Era un roble envejecido,
casi, casi centenario,
con sus ramas retorcidas
y su tronco muy arrugado.
Pero el roble me escuchaba
y sentía de él su abrazo,
a la vez que mis pupilas
no podían con su llanto.
Tú marchaste en otra tarde
cuando ya llegó el verano,
y lo hiciste en el silencio
con los ojos muy cerrados.
Y recuerdo, en tu partida,
que los cielos te lloraron,
y hasta hablaban las camelias
y las rosas sin pensarlo.
Eras pura poesía,
transformada en un humano,
que miraba al infinito
con el rostro enamorado.
Eras ninfa y eras hada,
de los bosques y los prados,
y llevabas la sonrisas
en tus labios con un lazo.
"...Aquellas tardes de junio,
no se olvidan, y las guardo,
con la gracia, en mi recuerdo,
y el salero de tu encanto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/06/13
Las tres ultimas estrofas me noquearon. Eres pura poesía, transformada en un humano...
ResponderEliminarUn abrazo Rafael y hasta el próximo round!
Simplemente disfruto escribiendo Natalia y si con ello puedo arrancar una sonrisa a los demás me conformo.
EliminarUn abrazo y lindo fin de semana.
Me ha encantado el poema y la imagen,Rafael...Lleva ritmo,gracia y salero,como tú bien dices. Muy rítmico,agradable y soñador,amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo siempre.
M.Jesús
Una vez más gracias M.Jesús. Simplemente trato de reflejar lo que veo y siento cada día.
EliminarUn abrazo y lindo fin de semana.
Rafael que encanto de poesía huele a pradera en tre melodias suaves y tiernas de dulces de recuerdo en tu musa y en esos labios que una vez amaron tanto, que bello amigo, un abrazo y feliz sábado desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias sinceras Beatriz por tu comentario.
EliminarUn abrazo y lindo fin de semana desde el cantábrico.
Bellos tesoros guardas para mostrárnoslos en tus poesías, gracias por esa Luz que hay en tu corazón.
ResponderEliminarAbrazo.
La poesía está para compartir Amapola, sino es así poco favor la hacemos entre todos.
EliminarUn abrazo.
Tus tardes de junio son mis tardes de diciembre. Que bello poema, la tristeza de una partida nunca se olvida y menos al acercarse la fecha.
ResponderEliminarmariarosa
Has sabido leer entre líneas María Rosa...
EliminarGracias y un abrazo.
Bellos versos, me han encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Simplemente gracias Marian.
EliminarUn abrazo también para ti.
Cada mes tiene sus tardes para recordar. Para hacernos rememorar.
ResponderEliminarAbrazos
Cierto TriniReina y esta vez tocó junio porque estamoe en él, no por otra cosa.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Qué bonito tu poema... Y cuántos recuerdos me trae...
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Gracias Misterio, me alegro de que así sea.
EliminarUn beso especial para ti.
Bellas tardes de junio que ya terminan, preludio del verano y todo lo que con él llega, tardes de junio se van los colores…
ResponderEliminarUna delicia Rafael abrazos.
Es cierto lo que dices América.
EliminarUn abrazo.
anoche te dejé comentario en este poema
ResponderEliminarpucha , blogger se lo tragó :(
abrazos
Ha pasado con otros comentarios Elisa y no me extrañaría que también ocurriera con algunos que yo dejo. Como bien dices, (y para mal), "blogger se lo tragó"... Lo siento.
EliminarUn abrazo y linda tarde querida amiga.
a veces caen a spam en el escritorio del blog
ResponderEliminarsi puedes búscalos allí
al menos he pillado unos cuantos perdidos en el tiempo y espacio jajaja
muak
Gracoas Elisa, acabo de mirar por si acaso y no tenía nada, estaba vacío.
EliminarUn beso de todas formas y linda noche querida amiga.