En medio de la infancia, te recuerdo,
cuartilla inmaculada de aquel libro,
tenías mil historias que contarme
y un algo misterioso en tus latidos.
Tenías la leyenda del amante,
la frase de la amada y el suspiro,
tenías el temblor que me embargaba
y el dulce carrusel de mis latidos.
Llevabas en tus letras la lactancia,
la leche virginal para los niños,
la dulce caracola, que en tus senos
mecía sin cesar a los dormidos.
Dejabas poesía en mis pupilas,
y un halo de locura del Olimpo,
por algo se escapaban de tus hojas
relatos que dormían el olvido.
Y entonces despertaste en un instante,
tus páginas brincaron con alivio,
mis ojos se fundieron con tus letras
y unidos caminaron hacia un río.
No pude imaginar, aquel entonces,
la fuerza impetuosa, cual castigo,
que iría a soportar en el futuro,
mi alma, tan sensible como un lirio.
Más fuiste la fragancia seductora,
perfume de rosales y racimos,
que unidos a azucenas y violetas
causaron la embriaguez de mis sentidos.
Trajiste hasta mi alma la hermosura,
el cáliz con la avena y con el trigo,
la barca con el remo y con la vela
la historia singular de mil castillos.
"...En medio de la infancia, te recuerdo,
¡oh libro del Quijote y tus molinos!,
recuerdo a Dulcinea y Rocinante
y al tierno Sancho Panza con cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/06/13
cuartilla inmaculada de aquel libro,
tenías mil historias que contarme
y un algo misterioso en tus latidos.
Tenías la leyenda del amante,
la frase de la amada y el suspiro,
tenías el temblor que me embargaba
y el dulce carrusel de mis latidos.
Llevabas en tus letras la lactancia,
la leche virginal para los niños,
la dulce caracola, que en tus senos
mecía sin cesar a los dormidos.
Dejabas poesía en mis pupilas,
y un halo de locura del Olimpo,
por algo se escapaban de tus hojas
relatos que dormían el olvido.
Y entonces despertaste en un instante,
tus páginas brincaron con alivio,
mis ojos se fundieron con tus letras
y unidos caminaron hacia un río.
No pude imaginar, aquel entonces,
la fuerza impetuosa, cual castigo,
que iría a soportar en el futuro,
mi alma, tan sensible como un lirio.
Más fuiste la fragancia seductora,
perfume de rosales y racimos,
que unidos a azucenas y violetas
causaron la embriaguez de mis sentidos.
Trajiste hasta mi alma la hermosura,
el cáliz con la avena y con el trigo,
la barca con el remo y con la vela
la historia singular de mil castillos.
"...En medio de la infancia, te recuerdo,
¡oh libro del Quijote y tus molinos!,
recuerdo a Dulcinea y Rocinante
y al tierno Sancho Panza con cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/06/13
Libro...para todos los tiempos!
ResponderEliminarun abrazo
Interesante Mery.
EliminarUn abrazo.
El tierno Sancho Panza.... es mi personaje favorito. Que delicia tu poema, tan evocador de la candidez de la infancia.
ResponderEliminarGood night
Gracias Natalia por identificarte con mis versos.
EliminarUn abrazo.
Fijate tú, que casualidad, el otro día nos trajimos de Mora, el libro del Quijote (lo habíamos guardo y hacía años que no lo tocaban mis manos. Y he decicido traerlo a Gavá, paorque tengo que decirte que nunca o leí entero, supongo que como a muchos, me ha pasado lo mismo, pero me entró ganas de volver a releer la historia. aAver que pasa, con él aquí...???????
ResponderEliminarAbrazos y feliz fin de semana en este caso largo por el puente de San Juan, amigo Rafael.
Fina
Fina
Pues me alegro inmensamente de que haya ocurrido lo que dices. Espero que puedas leer poco a poco esta obra magistral de nuestras letras y que quizás, en esa infancia, un tanto lejana, algunos pudimos tomar manía, ya que la teníamos como lectura obligada.
EliminarUn abrazo y lindo fin de semana también para ti, Fina.
Precioso libro, lleno de sabiduría, y no menos preciosa esta poesía que lo recuerda.
ResponderEliminarSabes escribir sobre todas las cosas :)
Un beso.
Gracias Misterio, y sí el Quijote es un libro precioso y lleno de sabiduría, como bien dices.
EliminarUn beso y lindo día.
Aromas infantiles que siempre irán con nosotros hasta el destino final donde todos esos sueños se harán tan reales como entonces...
ResponderEliminarAbrazos Rafael.
Seguro que sí Jerónimo.
EliminarUn abrazo.
acá en Chile también guardamos la sabiduría de nuestros autores y sus obras literarias
ResponderEliminarsin duda los clásicos siguen teniendo magia
abrazos
No lo dudo Elisa y a la cabeza me vienen ahora nombres ilustres con los que he disfrutado y aprendido.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Como le diria a los grandes poetas t equed´Magitral!!! y además muy merecido al persnaje y a Miguel de cervantes que bueno te quedó, disculpa es que ahora tengo un trabjo por verano por horas y veng muy tarde cuelgo y me voy dulces sueños, un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarTranquila, no te preocupes. Descansa y recupérate. Gracias por tu comentario Beatriz.
EliminarUn beso en la noche.
Me imagino que los ojos de un niño lo verían como un libro de aventuras como podían ser El Jabato o El Capitán Trueno, :)
ResponderEliminarEn cualquier caso ya estaría en marcha la fabulosa imaginación que aún conservas,querido amigo.
Besucos cantabruco.
Tuvo dos partes para mí Ohma, una esa de la aventura que teníamos que leer de una manera "obligatoria" en el colegio y la otra aquella en que despertaba la imaginación y nos hacía soñar con Dulcineas.
EliminarUn abrazo en la noche galleguiña.
...Y es que el Quijote es aventura y vida...Una mezcolanza de sentimientos, que nos impulsan a seguir aprendiendo y a seguir recordándolo siempre,amigo.
ResponderEliminarMi gratitud por compartir tus buenos poemas.
Mi abrazo grande y feliz tarde,poeta.
M.Jesús
Así es el Quijote M.Jesús, tal y como bien señalas.
EliminarUn abrazo y linda tarde.