Te busqué por las calles
donde impera el silencio,
y también en la esquina
que ocultó nuestros miedos.
Pero tú ya no estabas,
ni tampoco tu aliento,
ni siquiera existía
de tu piel el reflejo.
Una gota de lluvia
me cegó por completo,
aunque luego sintiera
ese llanto del ciego.
Corazón que caminas
sin saber, por el suelo,
ten cuidado y comprende
a la brisa del verso.
Es nordeste cautivo,
peleón y siniestro,
es salitre y arena
en los rostros serenos.
Te busqué por las calles
y te vi, sin saberlo,
empujando ventanas
y rozando mi cuerpo.
Unos labios cautivos
y una rosa de enero,
me trajeron tu esencia
y el billete de un sueño.
Y sin prisas ni pausas
esas huellas siguieron,
unos pasos cansados
peregrinos y hambrientos.
Y te vi temblorosa
con el pecho latiendo,
y un susurro en los labios
murmurando un "te quiero"...
Te miré y me detuve,
con la brisa que cuento,
y busqué entre tus ojos
el cariño sincero.
"...Te busqué por las calles
corazón soñoliento,
y encontré que la brisa
me ofrecía sus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/15
donde impera el silencio,
y también en la esquina
que ocultó nuestros miedos.
Pero tú ya no estabas,
ni tampoco tu aliento,
ni siquiera existía
de tu piel el reflejo.
Una gota de lluvia
me cegó por completo,
aunque luego sintiera
ese llanto del ciego.
Corazón que caminas
sin saber, por el suelo,
ten cuidado y comprende
a la brisa del verso.
Es nordeste cautivo,
peleón y siniestro,
es salitre y arena
en los rostros serenos.
Te busqué por las calles
y te vi, sin saberlo,
empujando ventanas
y rozando mi cuerpo.
Unos labios cautivos
y una rosa de enero,
me trajeron tu esencia
y el billete de un sueño.
Y sin prisas ni pausas
esas huellas siguieron,
unos pasos cansados
peregrinos y hambrientos.
Y te vi temblorosa
con el pecho latiendo,
y un susurro en los labios
murmurando un "te quiero"...
Te miré y me detuve,
con la brisa que cuento,
y busqué entre tus ojos
el cariño sincero.
"...Te busqué por las calles
corazón soñoliento,
y encontré que la brisa
me ofrecía sus besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/15
Que bello poema. Me encanta tu vuelo poético Rafael.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
El carino sincero, eso que todos necesitamos! Bello poema.
ResponderEliminarAbrazos!
Sin duda que sí, Natalia.
EliminarUn abrazo.
Qué afortunado ese encuentro!
ResponderEliminarBesos.
Cierto, Carmen.
EliminarBesos.
A veces buscamos sin encontrar nada...
ResponderEliminarPrecioso Rafael, como siempre.
Un fuerte abrazo.
Soñar despierto, a veces, es vida.
ResponderEliminarLindo día para ti, Rafael
Fina
No lo dudes nunca, Fina.
EliminarUn abrazo.
Tus versos son para meditar y amar...
ResponderEliminarabrazos
Gracias Marina,
EliminarAbrazos.
wwuaau que buenos días tan lindos y la brisa me trajo tus besos que dulzura como siempre un poema lleno de música y de sueños de la noches y sus calles y lo que ella te atrapa esta muy lindo Feliz querido amigo un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Bea.
EliminarUn abrazo.
Tus versos son flores preciosas.
ResponderEliminarBs.
Me alegra de que así los veas, Amapola.
EliminarBs.
bien por tu hablante que encuentra lo que busca
ResponderEliminarabrazo
Así es fácil, Ely, ¿verdad?
EliminarAbrazos.
Muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Feliz tarde.
Gracias, nuevamente, Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz tarde.
Una búsqueda hermosa Amigo.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Efe.
EliminarUn abrazo.
Uno pasa las calles buscando desesperadamente ese amor que nos dè de beber y que tanto necesitamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Tecla.
EliminarUn abrazo.
Esa sensación de buscar lo que incluso se llega a dudar si realmente existió, sí lo hizo... Debemos dar rienda suelta al sentir
ResponderEliminarSiempre
Así es, Athenea.
EliminarUn abrazo.