Un día comprendí que las palabras
decían mucho más, en los escritos,
que aquellas que salían de la boca
de hombres y mujeres con sigilo.
Buscaban el silencio de las almas,
los dulces corazones de los niños,
los versos que trazaron los poetas
y el canto de las fuentes y los ríos.
Entonces descubrí que tu ventana
tenía descorridos los visillos,
igual que las palabras y el silencio
tratando de encontrar el paraíso.
No sé si me tomaste de la mano
y luego me guiaste en el pasillo,
al fondo del salón, de aquella casa
con toque singular y femenino.
Abriste, con cuidado, aquel armario,
sacando, de su fondo, unos vinilos,
mas tarde los pusiste, sin mirarme,
sonando los violines tan divinos.
Te juro que fue un manto delicioso,
la música surgida de ese disco,
sumada a tu presencia y la ternura
nacida en el diván, con tanto mimo.
No sé si en los palacios Nazaríes
se estiran las estrellas con su brillo,
y bailan en jardines y en estanques
los dioses prometidos del Olimpo.
Por eso me quedé sin mis palabras
oyendo y escanciando tus latidos,
sabiendo que me estaba enamorando,
brotando de mis ojos el rocío.
"...Un día comprendí, que las palabras,
tenían corazón y no sentidos,
igual que las caricias de tus labios
dejando entre mis labios tu cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/09/15
decían mucho más, en los escritos,
que aquellas que salían de la boca
de hombres y mujeres con sigilo.
Buscaban el silencio de las almas,
los dulces corazones de los niños,
los versos que trazaron los poetas
y el canto de las fuentes y los ríos.
Entonces descubrí que tu ventana
tenía descorridos los visillos,
igual que las palabras y el silencio
tratando de encontrar el paraíso.
No sé si me tomaste de la mano
y luego me guiaste en el pasillo,
al fondo del salón, de aquella casa
con toque singular y femenino.
Abriste, con cuidado, aquel armario,
sacando, de su fondo, unos vinilos,
mas tarde los pusiste, sin mirarme,
sonando los violines tan divinos.
Te juro que fue un manto delicioso,
la música surgida de ese disco,
sumada a tu presencia y la ternura
nacida en el diván, con tanto mimo.
No sé si en los palacios Nazaríes
se estiran las estrellas con su brillo,
y bailan en jardines y en estanques
los dioses prometidos del Olimpo.
Por eso me quedé sin mis palabras
oyendo y escanciando tus latidos,
sabiendo que me estaba enamorando,
brotando de mis ojos el rocío.
"...Un día comprendí, que las palabras,
tenían corazón y no sentidos,
igual que las caricias de tus labios
dejando entre mis labios tu cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/09/15
Las palabras pueden salvarnos o herirnos para siempre.
ResponderEliminarIgual tiene el poder de dejar su huella.
Un beso
Coincido contigo, Luján.
EliminarUn beso.
Querido amigo que romántico, pos si las palabras tiene vida propia que te acarician como esos labios gtodo el poema es precioso ,me quedo con el penúltimo muy bello un abraxzo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Bea.
EliminarUn abrazo.
Las palabras tienen alma y latidos, las palabras abrazan y acarician, las palabras son suspiros...
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
Sí, María, son todo eso y mucho más.
EliminarUn beso "dulce de seda" también para ti.
Bellos versos del silecio...
ResponderEliminargracias por tu visita
abrazos
feliz jueves
Gracias a ti, Marina.
EliminarAbrazos.
¿sabes? antes no te pude decir que tus versos hoy tienen luz ...un beso Rafael...
ResponderEliminarMarina
Me alegro de que así los veas, Marina.
EliminarBesos.
Algunas veces las palabras es mejor silenciarlas, para dejar fluir sin barreras los sentimientos.
ResponderEliminarFeliz jueves
Fina
Pienso como tú, Fina.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
El poder de la palabra escrita, cura o mata.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda es asi como dices, Athenea.
EliminarUn abrazo.
no hay peor loca que la boca
ResponderEliminardecía mi abuela
de ella salen ángeles y demonios
abrazos Rafael
Sonrío y pienso que tu abuela tenía razón, Ely.
EliminarUn abrazo.
Bella la palabra escrita que nos dejas, Rafael...Y bella la música que se desprende de tus versos y nos lleva directamente al paraiso del sentimiento...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de luz, amigo.
M.Jesús
La magia de las palabras...nada más y nada menos.
ResponderEliminarBesos
¡Bendita magia entonces, Carmen...!
EliminarBesos.
Me encanta tu creación, especialmente la estrofa final. Como para soñar tus letras, una a una, más de una vez... Besos.
ResponderEliminarMe alegro de que te gusten esos versos, Paty.
EliminarBesos.