Se rompe el corazón y sus latidos,
navegan por el cielo, eternamente,
es culpa de unos labios malnacidos
besando en otros labios dulcemente.
¡Qué duro es repasar a los tejidos
rasgados con premura, sutilmente!,
y es duro conseguir que los sentidos
acepten los dictados de la mente.
¡Ay tierno corazón, dime si es cierto!,
no quiero que renuncies sin batalla,
ni creo, de verdad, que ya estés muerto.
Te espera, un vez más, en esa playa,
arenas que recuerdan un desierto,
y un niño que no tira la toalla.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/16
navegan por el cielo, eternamente,
es culpa de unos labios malnacidos
besando en otros labios dulcemente.
¡Qué duro es repasar a los tejidos
rasgados con premura, sutilmente!,
y es duro conseguir que los sentidos
acepten los dictados de la mente.
¡Ay tierno corazón, dime si es cierto!,
no quiero que renuncies sin batalla,
ni creo, de verdad, que ya estés muerto.
Te espera, un vez más, en esa playa,
arenas que recuerdan un desierto,
y un niño que no tira la toalla.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/06/16
Que no se rompa el corazón, y si se rompe ten por seguro que no está muerto.
ResponderEliminarFeliz verano Rafael.
Esperemos que así sea Beatriz.
EliminarUn abrazo y feliz verano.
Es triste si!
ResponderEliminarSalió así esta vez Carmen.
EliminarUn abrazo.
Como siempre nos dejas hermosos versos ...este soneto de hoy hay que pensar bien en sus renglones todos tienen vida...
ResponderEliminarAbrazos
Marina
Gracias por tus palabras Marina.
EliminarUn abrazo y feliz día.