miércoles, 28 de marzo de 2018

HE LLEGADO A LA PLAYA...



He llegado a la playa de mis sueños
y no he visto, en la misma, a las sirenas,
ya que solo el sonido de las aguas
saludaba, ruidoso, mi presencia.

Me quedé entristecido unos segundos
para luego avanzar sobre la arena,
y buscar, a lo lejos, la figura,
que quizás ocultaba ya la niebla.

Pero el cielo plomizo y de ceniza,
ocultaba los pasos y las huellas,
que marcaban señales, inseguras,
de una marcha sin luces y linternas.

Y quedé sorprendido y sin palabras
entre el mar que llegaba y mi conciencia,
destruídas, quizás, las ilusiones
de alcanzar y tener unas respuestas.

He llegado a la playa de los hombres
tras jugar, como niño, a los cometas
y estirar esos años infantiles
y vivir y soñar con mil princesas.

"...Pero aquellas que el vuelo refrenaban..."
-me decía en sus versos el poeta-,
aquellas no esperaron a mis alas
y volaron hacia otras primaveras.

En mis ojos, cubiertos de rocío,
nacieron, sin saber, como unas perlas, 
unas gotas pequeñas, diminutas,
que cubrieron mis labios con su pena.

¡Qué vacío, tan grande, he encontrado
y también soledad y gran carencia!,
porque solo buscaba la esperanza
de encontrar y de hallar algún poema...

"...He llegado a la playa de los niños
a soñar y dormir en su inocencia,
ya que solo me quedan las resacas
y el salitre del mar y las galernas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/18

8 comentarios:

  1. La belleza reside en llegar a esa playa y disfrutar de su arena, donde habitan las huellas.
    Bello encuentro, amigo Rafael.

    Mil besitos en la noche.

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    1. Gracias Auroratris, lo mismo te deseo.
      Un abrazo en la noche.

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  2. La soledad tiene su encanto, Rafael, nos acerca e intensifica los recuerdos.
    Un beso

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    1. Gracias Ame, y sí, siempre hay que ver la parte positiva.
      Un beso y feliz día.

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  3. Y de esas resacas y galernas nacen poemas.
    De todas formas, ir al playa de los niños, es reponerse y volver con otra luz en la vida.

    Abrazo, Rafael.

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    1. Pues sí, Verónica, así lo veo yo también.
      Un abrazo y feliz día.

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  4. Ese dejo de mística soledad, siempre borda de nostalgia y también de belleza tus versos. Abrazos de alas amigo.

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