En aquella casa,
y en aquella calle,
nacimos un día
y tres de la tarde,
el mes de septiembre
me dijo mi madre,
sin lluvia en el cielo,
de forma brillante,
hoy otro verano
me tiene en la cárcel
por culpa del tiempo,
reúma y edades,
y así va pasando
la sombra del ángel,
que dicta, que dice,
que estamos de viaje...
Y en aquella casa
dejé los retales,
quedaron los miedos
y eternas saudades,
también mariposas
preciosas y suaves
y algunas violetas
con lindos mensajes:
"te quiero", -decían-,
"prosigue adelante,
no temas, mi cielo,
te entrego mi sangre";
palabras, palabras,
montones de frases,
y en ellas silencios,
cargados de hambre...
"...En aquella casa
con alma tan grande
viví muchos sueños
y fue en un instante..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/06/18
Canto ala casa de la infancia, reducto de nuestra patria más amplia y generosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Siempre hay una casa que nos dio la vida y nos vio crecer... donde se refugian muchos recuerdos y donde habita el eco de nuestro torrente.
ResponderEliminarMil besitos en la noche, amigo Rafael.
Todos tenemos esa casa Auroratris.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Tus "Palabras" siempre dulces siempre llenas de de melodía , en tu casa, hermoso, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo.
En aquella casa... hay lugares que son para siempre... bonitos tus versos, bello poema...
ResponderEliminarUN beso al alma.
Pau...
Gracias Pau.
EliminarUn beso al alma.
Buen homenaje a tus raíces, Rafael...Aquella casa aún habita en el alma y nos da fuerza para seguir adelante.Fue un instante eternizado.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.