Fue la tormenta,
llegó sin previo aviso,
con grandes truenos.
Y se quedó
durmiendo con nosotros
por muchas horas.
Tuve que aislarme,
perderme entre sus brazos,
y soportarla.
Luego llovió,
cesando la tormenta,
mojando el suelo.
Sudor de tierra
quedaba en el ambiente
con fuerte olor.
Es el otoño
que dice que se marcha
que ya se acaba.
Pasó la noche,
volviendo la tormenta
a despertar.
Rayos lejanos,
sonidos de batallas
tan infantiles.
Y alguien, cercano,
rezando por que acabe
esta tormenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/08/19
Tras la tormenta, llega la calma.
ResponderEliminarAbrazos de lunes Rafael.
Gracias Ani.
EliminarAbrazos.
Hay que soportar las tormentas para poder ver cómo clarea después.
ResponderEliminarMuy bueno👏🏼
Cierto Galilea.
EliminarUn saludo.
Esas tormentas que soportamos y vamos venciendo por días y por momentos.
ResponderEliminarGran poema, amigo Rafael.
Mil besitos en la tarde.
Gracias por tus palabras, Auroratris.
EliminarUn abrazo.
Las tormentas con sus truenos y rayos son el reflejo de la vida mismo ..después de todo vuelve la calma ...Un abrazo y una feliz noche.
ResponderEliminarCierto Campirela.
EliminarUn abrazo.
Me encantan las tormentas. Y tu poema.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laura.
EliminarBesos.
Esas tormentas en buena compañía son siempre más llevaderas. Un buen poema Rafael; sabe a recuerdo, tierra mojada y a algo más. Gracias también por tu comentario, hoy a la vuelta he abierto de nuevo mi blog. Un abrazo.
ResponderEliminarComo siempre gracias, Juan.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
Ese alguien cercano, rogando porque acabe la tormenta es el peso final del poema.
ResponderEliminarPor tormentas purificadoras. Una abrazo
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Hay tormentas que van por dentro, que limpian el alma...
ResponderEliminarBonito poema Rafael, besos al alma.
Gracias Paula.
EliminarBesos.
La última tormenta que pasó por mi ciudad, fue algo así como versas. Parecía que se acababa el mundo y te aseguro, que también pensé en la cantidad de gente que estaba rezando :)
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Suelen ser esas tormentas constantes que tardan mucho tiempo en pasar.
EliminarUn abrazo Verónica.