Se escucha el mar,
en forma de latidos,
con las resacas.
Igual el viento,
se escucha en las esquinas,
con su rugido.
Pero la voz
del hombre, que ahora llora,
está silente.
Hablan las aguas
de ríos y de mares
en su Babel.
Hablan los grillos
con ranas y cigarras
en la campiña.
Hablan los hombres,
quizás en la pregunta,
de adónde van.
Pero los mares
y ríos cobran vida
y nos la entregan.
También el viento
nos dejas sus caricias
tras la galerna.
En cuanto al hombre,
nos deja mil preguntas
siempre en el aire.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/05/20
Creo que los tiempos están cambiando y ahora es tiempo de escuchar a todo lo que nos rodea, tal vez en atender esos lamentos esté la clave para salvar la humanidad. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarEs posible que sea como dices, Campirela.
EliminarUn abrazo.
La naturaleza, que nos habla, a través de sus elementos.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz tarde
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Todo es muy bello en tu poema, gracias.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
Si las olas se llenan de magia, el viento las golpea , le hablan al alma, precioso un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias BEa.
EliminarUn abrazo.
Somos un gran enigma, es el problema de pensar mucho y no tan solo ser y fluir... como sucede en la naturaleza.
ResponderEliminarUn abrazo amigo, buena reflexión nos regalas.
Paty.
Esa es la gran diferencia, Paty.
EliminarUn abrazo y gracias.
Hay que saber escuchar como lo que la naturaleza quiere transmitir.
ResponderEliminarY hacele caso, por supuesto....
Gracias por tu visita y comentario, Pensando en Haiku.
EliminarUn saludo.