Te necesito
y espero que comprendas
estas palabras.
Quiero tus manos
trayendo hasta las mías
nubes y rosas.
Quiero tus ojos
mirando al infinito
sin buscar nada.
Quiero tu pelo
mecido por el viento
de algún nordeste.
Quiero tus dedos,
sutiles, dibujando
sobre mi cuerpo.
Quiero tu alma
sencilla y delicada
para calmarme.
Quiero que digas
mi nombre, sin palabras.
para curarme.
Quiero que vengas,
que luego me perdones
por mis simplezas...
Quiero, (y perdona),
que seas, poesía,
mi gran amor.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/12/20
Querer, necesitar y llamar con esa voz que se queda en la garganta y que los labios suplican una y otra vez, sin palabras, hacia un receptor invisible y utópico, pero real, ya que tú, seguro, lo estás precisando y llamando y queriendo y hasta amando de una manera instintiva. Así es la poesía...
Es precioso.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Amapola.
EliminarBesos.
Hay momentos que tus versos emocionan, escribes con la ternura justa para llegar con tu poesía al corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Acertadas palabras las que hoy nos dejas en forma de poesía pero sentires que realmente son así tal cual ...La necesidad de decir algo sin nombrar palabras. Muy lindo .
ResponderEliminarUn abrazo y una feliz noche .
Gracias por tu comentario, Campirela.
EliminarUn abrazo en la noche.
Esas personas que son poesía (como decía yo hoy...) 😉
ResponderEliminarBesos.
Gracias Laura.
EliminarBesos.
Rotunda, clara y sencilla declaración de amor, Rafael. La magia de tus palabras nos deja en silencio y vemos la inmensidad de tu sentimiento.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz finde, amigo.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Así es la poesía, tú lo has dicho todo.
ResponderEliminarMuy bueno!
Gracias Galilea.
EliminarUn abrazo.