Sospecho que te vas y que no vuelves,
que marchas de mis brazos y me dejas,
siguiendo la corriente del deseo
y vuelas a otras tierras sin fronteras.
Es fácil que unos celos infundados
transmitan al papel mi pataleta,
y digan lo que surge en las entrañas
y aquello que me ronda en la cabeza.
Los celos son la fruta envenenada,
la argolla bien atada a la cadena,
la envidia que carcome corazones,
la nube que acompaña a la galerna.
Recelos de unas tardes de verano,
y noches de lujuria y borrachera,
llevados a su punto culminante
con besos, con abrazos y promesas.
Ahora, cuando vuelvo a esos momentos
el alma, nuevamente, se envenena,
admite que te quiere y no comparte
que marches a buscar lo que deseas.
Existe un componente de egoísmo,
que encarna sumisión y pertenencia,
y todo recubierto de crisoles
llevando esclavitud a muchas cejas.
Los celos son la fuente de conflictos
y en ellos se derrumban muchas fuerzas,
sucede que las almas se transforman
quitando de volar a quien quisiera.
No somos el juguete de otros labios,
tampoco corazones de novela,
ni el alma que recibe avergonzada
acosos que le nublen la cabeza...
"...Sospecho que te marchas para siempre
dejándome mil dudas sin respuesta,
los celos son la rosa envenenada
que cambian el amor por la tristeza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/05/17
que marchas de mis brazos y me dejas,
siguiendo la corriente del deseo
y vuelas a otras tierras sin fronteras.
Es fácil que unos celos infundados
transmitan al papel mi pataleta,
y digan lo que surge en las entrañas
y aquello que me ronda en la cabeza.
Los celos son la fruta envenenada,
la argolla bien atada a la cadena,
la envidia que carcome corazones,
la nube que acompaña a la galerna.
Recelos de unas tardes de verano,
y noches de lujuria y borrachera,
llevados a su punto culminante
con besos, con abrazos y promesas.
Ahora, cuando vuelvo a esos momentos
el alma, nuevamente, se envenena,
admite que te quiere y no comparte
que marches a buscar lo que deseas.
Existe un componente de egoísmo,
que encarna sumisión y pertenencia,
y todo recubierto de crisoles
llevando esclavitud a muchas cejas.
Los celos son la fuente de conflictos
y en ellos se derrumban muchas fuerzas,
sucede que las almas se transforman
quitando de volar a quien quisiera.
No somos el juguete de otros labios,
tampoco corazones de novela,
ni el alma que recibe avergonzada
acosos que le nublen la cabeza...
"...Sospecho que te marchas para siempre
dejándome mil dudas sin respuesta,
los celos son la rosa envenenada
que cambian el amor por la tristeza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/05/17
No te preocupes si se marcha, a rey muerto rey puesto.
ResponderEliminarCierto Tecla, así dice el refrán.
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael me alegra volver a leerte, durísimo, pero certero, y los celos se convierten en una tragedia que acaba a veces con todo, Un abrazo fuerte desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo.
Estos versos preciosos dicen tanta verdad, los celos envenenan, esa fruta se pierde por demasiada madura, y no logramos dejar hacer la vida a quien ya no nos ama.
ResponderEliminarAbrazo
Hay una gran sensatez en tus letras, María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Qué bonito tu poema, cómo me ha gustado el fondo del tema, y qué cierto lo que dices, amigo Rafael, que nadie somos juguetes de otros labios, y lo peor de todo es cuando te quitan de volar en libertad por celos que destruyen y envenenan, qué pena que ocurran estas cosas, pero son muy frecuentes, más de lo que imaginamos.
ResponderEliminarBesos en la noche.
Por desgracia sucede con frecuencia, María.
EliminarBesos en la noche.
Gracias por tu comentario en mi blog ....
ResponderEliminartus hermosos versos me recuerdan algo parecido que me pasó a mi y me arrebataron por celos...Si RAFAEL así fue
un abrazo
Siempre es un placer pasar por tu Blog Marina. Siento lo que me dices.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Fatídica sospecha contada en bellos versos.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias por tu visita y comentario, Sumisope.
EliminarUn saludo.
Los celos o la angustia la fomentan, el estro que te lleva entre tus versos; y son los que remueven las locuras, devolviendo de nuevo a las cavernas. ;)
ResponderEliminarGracias por tu comentario Elisa.
EliminarUn abrazo.
Los celos son, como bien poetizas, un veneno que mata la cordura, la belleza del sentir tornándolo en fuego capaz de arrasar lo bueno hasta hacerlo cenizas.
ResponderEliminarEs mejor vadear ese negativo sentimiento y surcar los mares de la razón y el latido al unísono.
Otro abrazo grande.
Así son los celos Marinel, como bien dices en tu comentario.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Cuando el amor enferma de desconfianza los celos se afianzan y lo que era felicidad se transforma en dolor ....
ResponderEliminarBonito poema
Cierto Edith EDI, así pienso. Gracias por tu comentario.
EliminarUn saludo.