domingo, 3 de diciembre de 2017

CADA MAÑANA...



Cada mañana abro los ojos
y me despierto.
Hoy tengo frío y un sabor amargo
en la boca.
Vuelvo del sueño, 
salgo de la noche,
regreso al mundo, mientras mis dedos 
retiran unas legañas juguetonas 
para que mis pupilas puedan ver la luz,
percibir las cosas que me rodean
y sentir el pulso de la vida misma.

He vuelto a la poesía,
ya siento los latidos de sus versos,
ya percibo el aroma del café
que me espera en la cocina,
ya escucho el paso de los autos
por la carretera vecina,
incluso el autobús que hace su parada
a recoger los pequeños
y llevarlos al cole.

Me levanto y paso por el baño.
Miro ese rostro en el espejo
que es el mío. 
Me afeito y me cepillo los dientes,
luego me doy una ducha templada
para despertarme totalmente.
Acudo a tomar el café apresuradamente
porque el tiempo apura.
Salgo a la calle para ir al trabajo.
Camino por las aceras
entre gentes que saludan.
Por fin llego al santuario laboral.
Allí me esperan papeles, informes,
decisiones incómodas, entrevistas.
De esta forma paso la mañana
y llega la hora de comer algo, 
de salir a despejar un poco la cabeza.
Voy a la cafetería de siempre 
donde he visto un plato combinado
que me seduce.
Saludo a la camarera que me atiende,
intercambio un breve coloquio insustancial,
entre bocado y bocado.
La televisión está dando las noticias.
Miro el reloj, 
debo apresurarme,
ya casi es la hora de regresar, nuevamente, 
al trabajo.
Mientras me acerco a la mesa
suena el teléfono.
Tengo que visitar a un cliente
ya que su pedido le ha llegado
en malas condiciones.
(Menos mal que su domicilio
está cerca de donde trabajo).
Me paso hora y media explicando
que no se preocupe, 
que el pedido salió bien del almacén,
que ha tenido que ser el servicio
de mensajerías 
y que eso lo cubre el seguro.
Al final, el cliente, me invita a un café
y yo acepto.
Cuando vuelvo a la oficina
los compañeros están recogiendo.
Es la hora de salir,
marchar a casa,
volver a intentar buscar esa vida privada
que todos merecemos,
pero no tengo ganas de meterme en un bar,
en un club o algo parecido.
No tengo ganas de buscar una figura dorada
ni de apoyarme en un vaso de licor
para mantener mis sueños y esperanzas 
en esta sociedad en la que vivo.
Prefiero regresar a casa,
preparme algo de cenar,
ver un poco la televisión,
aunque sea zapeando,
leer aquel libro de poemas
que tengo empezado 
y quizás, quedarme dormido 
con él entre mis dedos,
para volverme a despertar,
mañana, tal vez,
en ese bucle de la vida
y de mi vida.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/11/17

17 comentarios:

  1. Buenas noches ..veo que la Luna está haciendo mella en los poetas ..eso está bien .
    La vida es así Rafa un ir y venir , un trabajo , una familia , unos amigos ..pero hay algo que es más importante que somos nosotros mismos , es ahí donde nos refugiamos con nuestros sueños , fantasías y anhelos y esos nadie , nos los puede quitar somos los protagonista de nuestra obra de teatro.
    Feliz noche de Domingo y feliz comienzo de semana ..

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    1. Sí, Campirela, estoy de acuerdo contigo y es el primer paso para, luego, poder dar a los que nos rodean todo lo que esté en nuestras manos.
      Un abrazo y feliz noche y comienzo de semana también para ti.

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  2. Cuando la poesía regresa algo mejora en la vida, en la tuya, en na de todos.

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  3. Hola Rafael: Mucha realidad en este poema, vida de rutina, menos mal que podemos tener ese escape de conectarse con lo que nos alegra el corazòn ya sea en ti las letras y en mi caso la pintura. Un abrazo amigo!!!

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  4. Que no nos falte la poesía, veo que la luna te ha inspirado bellamente.
    Feliz lunes.
    Un abrazo.

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  5. Se saborea cada momento sin figuras doradas a propòsito, con la naturalidad de la vida.

    Saludos.

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  6. Cada cual tiene su bucle, diferente en actos pero la misma esencia.
    Y al menos tenemos la Poesía, Rafael, que no es poca cosa :)

    Abrazo y buena semana.

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    1. Sí, Verónica, me conformo con la poesía, aunque parezca mentira, ya que, para mi, es la esencia de la vida.
      Un abrazo y feliz semana también para ti.

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  7. Mientras haya poesia, habra vida. Abrazo

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  8. uuff Rafael la vida misma algún pasaje hemos vivido entre lo cotidiano y los sueños, , esmejor quedarse dormido por leer poemas y que bajo la mirada de aquel licor muy bueno, Relatos de tu vida muy bueno, un abrazo desde mi brillo del mar

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    1. Gracias por tus palabras Bea.
      Un abrazo desde el cantábrico.

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  9. Ese bucle que vuela en un cielo azul, en un café con tostadas, en una mañana templada, y al regresar sigue en movimiento buscando el momento para descender a descansar, hermoso amigo.
    Abrazo

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