Busco tu voz,
oh, vida de mi vida,
con sus latidos.
Quiero ser libre,
sin rejas, sin cadenas,
ni enfermedades.
Y, si es posible,
me quedaré dormido
entre tu canto.
Será tu voz
y el timbre de tus labios
quien me despierte.
Iremos juntos
a ver en los jardines
nadar las ocas.
Será bonito
prolongar ese sueño
tan especial.
Y volveremos,
andando entre las nubes
con girasoles.
Unas ardillas,
un tanto juguetonas,
vendrán a vernos.
Y si es preciso,
besarnos en silencio,
así lo haremos.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/19
Precioso, me parecía ver la escena como si de un cuadro se tratase; las ocas las ardillas, la hierba verde y esa pareja paseando.
ResponderEliminarUn cordial saludo y feliz domingo
Gracias Julia.
EliminarUn saludo.
Libre y que la voz vuele entre besos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María.
EliminarUn abrazo.
El poema es bonito, pero más bonito aún es el sentimiento que lleva a escribirlo.
ResponderEliminarUn beso suspirador.
Gracias por tus palabras y ese beso suspirador, Eva.
EliminarUn abrazo.
Besos en silencio, tiernos, profundos, suave balanceo al deslizarme por tus versos...
ResponderEliminarBesos, feliz semana.
Gracias Julieta.
EliminarBesos y feliz comienzo de semana.
Tus versos atrapan desde el punto de partida, hasta hallar la sirena que te tiene hechizado con la magia de su voz. Me ha gustado leerte. Te seguiré. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Ani.
EliminarUn saludo.
Se clava en el corazón, Rafael.
ResponderEliminarSon deseos que tenemos cuando apreciamos lo que realmente es importante.
Abrazo.
Gracias sinceras Verónica.
EliminarUn abrazo.