Fragmento día 27
He pensado que cayeron en la tierra los gigantes
sorprendidos por la la espada invisible del destino.
"Es la hora", dijeron las estrellas,
de que el hombre conozca que no es nadie.
Que procede del polvo de la tierra,
que no es Dios ni se acerca a su sandalias,
que es un mar belicoso, una galerna,
una barca que marcha a la deriva,
es un remo partido y que no boga,
es un ser envidioso y egoísta,
es un dios sin Olimpo y Paraíso
y es, sin más, un mendigo de la vida
que ha creído ser Dios, sin darse cuenta,
que pedía limosna en una esquina
y a las puertas, lloviendo, de la iglesia.
Pero vuelvo al camino y, el presente,
con la cabeza baja y mirando como los pies
van fabricando los pasos de los sueños.
Caminas adelante.
Caminas y prosigues paso a paso,
con los pies sobre el barro, en el sendero y la jornada...
Abres puertas y ventanas a la luz del nuevo día.
Te saludas y charlas con el cielo
que se aparta las legañas.
Una lluvia muy fina te acompaña y te regala
una música constante que resuena en la claraboya.
Unos ojos te buscan y te siguen en el espejo del baño
y te asombras al comprobar que son los tuyos.
Hay silencio y soledad en el ambiente.
Empiezo a estar cansado y abrumado por todo esto.
Al principio era como una broma,
una especie de "paréntesis",
pero ahora ya es una realidad que pesa y cansa,
que ahoga y que agobia,
que hace saltar los nervios y rompe la calma del alma.
No se ve el final del túnel.
Se aventuran muchas fechas en la búsqueda del fin
y todas a medio y largo plazo.
Yo no lo sé, no me atrevo a opinar y a pensar
más allá del momento en que me encuentro.
Veo mucha fragilidad, muchas dudas.
Presiento el peligro y me estremezco.
No quiero que se abran las puertas
y que vuelva la fiera que está herida.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/04/20
Que tengas un feliz día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Han sido semanas tremendas, de reflexión al daño de la Tierra, de la vulnerabilidad humana..pero acabaremos saliendo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que sí, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Tu fragmento está lleno de razón; de la razón de un buen observador de la vida y del momento... a mí me pasa lo mismo que a ti, veo las cosas como tú... aunque yo desde el principio veo sombras que a día de hoy no ha vencido la luz... pintan bastos y espadas en el tute de la vida...
ResponderEliminarAbrazo
Pues sí, Impersonem, hay luces y sombras. Esperemos que el futuro tenga un color más agradable.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno Rafael, me gustó,besos al alma.
ResponderEliminarGracias Paula.
EliminarBesos.
Contundente poema, humilde y soberbio a la vez. Desnudas el lado frágil del hombre, descubriendo una humanidad sufrida y doliente por el instante en que se quiebra el mundo.
ResponderEliminarA mi me pasa igual...pierdo brújula.
Abrazo solidario querido Rafael
Gracias por tus palabras y comentario, Ceciely.
EliminarUn abrazo y feliz finde.
Se va notando en la lectura del diario como ya se esta cansado de la situación de no saber qué va a pasar.
ResponderEliminarEs lógico por otra parte nunca antes nos vimos en una igual. Un abrazo Rafael, seamos optimistas y ojalá no tengamos que volver al confinamiento de nuevo .
¡Ojalá no tengamos que volver a ese encierro, Campirela...!
EliminarUn abrazo.
Mucho me temo que esta poesía tendrá vigencia en un tiempo futuro.
ResponderEliminarConfiemos en superarlo, Buscador.
EliminarUn saludo.
Yo me siento así ahora, necesito desconectar.
ResponderEliminarPara volver con más fuerza...
Besos.
Supongo que nos pasa a todos, Laura.
EliminarBesos.
Asi es, Rafael. El hombre ha recibido una gran lección de humildad. Es hora de que nos demos cuenta de que es importante cuidarnos y cuidar la tierra, porque todo puede pasar. No somos dioses, simplemente seres humanos limitados y caducos.
ResponderEliminarMi felicitación por la fuerza rotunda de tus versos.
Mi abrazo y feliz fin de semana,amigo.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo y feliz finde, también para ti.