Está lloviendo.
Los ojos de los cielos
lloran de nuevo.
El día es triste.
con nubes y la bruma
del fiel otoño.
Era esperado.
Septiembre va pasando
muy sutilmente.
Dicen que nieva,
arriba, en las montañas,
con gran ventisca.
Guardo recuerdos
de algunos llantos blancos
desde los cielos.
Abrí los brazos
y quise, con mis dedos
tocar sus lágrimas.
Pero escapaban,
en gotas cristalinas,
los finos copos.
Hoy, un suspiro,
me llega con la lluvia
de aquellos días.
Miro y sonrío,
la lluvia, con su llanto,
también susurra.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/09/20
He intentado llevar a los versos esa lluvia y ese llanto de los cielos ya que cuántas veces somos nosotros los que extendemos la mano para lograr descifrar su mensaje y entrar en ese secreto que solo los niños logran alcanzar. También me vino a la cabeza los días en la montaña, cuando en vez de gotas de lluvia caían copos de nieve y entonces sonreía y trataba de llevar a los labios ese llanto divino mientras caminaba. La lluvia y la nieve tienen algo en común, igual que nosotros con los niños.
Sí, queremos que las palmas de las manos reciban esas sensaciones de una lluvias o nieves del pasado.
ResponderEliminarUn abrazo, y por una tarde amable, llueva o no
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz tarde.
La naturaleza nos habla de muchas maneras. El niño tiene una visión mucho mas simple y quizás certera de la vida. Puede captar sin esfuerzo esa esencia, esos mensajes que tanto nos esforzamos en descifrar. Para el niño es natural, puede no solo descubrir, explorar, sino permitirse disfrutar en libertad esos momentos de contacto con la lluvia, la nieve, el viento.. Hermoso poema Rafael. Abrazo grande
ResponderEliminarGracias por tus palabras Eli Méndez.
EliminarUn abrazo.
Esperemos no hacer más daño para que los cielos lloren solo cuando sea necesario y lagrimas de poco peso.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un abrazo.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Me gusta esa metáfora de ojos del cielo lloran.Sin duda esas lágrimas son especiales ya que cuando caen en su justa medida el campo florece y la tierra lo agradece. Un abrazo en la noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
La lluvia limpia, renueva, nutre, canta, sueña y nos invita a soñar y a vivir con intensidad, Rafael. Apoyo tus letras y las siento en profundidad, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y cuídate mucho...Ojalá la primavera venga y nos renueve a todos.
Gracias por tus palabras y tu apoyo, María Jesús.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.