"La verdad es que iba pensando en ti
y, de repente, surgieron varias mariposas
que acudieron, a mi lado, en el paseo.
Eran de variados tamaños y colores,
no muchas, pero sí suficientes, y encantadoras,
como para arrancar una sonrisa de mis labios
y darte las gracias,
por hacerme vivir, a través de los sueños,
en un cuento de hadas.
Las mariposas volaban en esa especie de saltos
que hacen con giros imprevistos
y mis ojos las seguían un instante,
para luego quedar soñando,
entre sus alas y su magia.
Y sí, iba pensando en ti,
en lo poco y casi nada que te conozco,
salvo en ese mensaje que me mandan las mariposas,
y en lo poco o casi nada que tú sabes de mi vida,
aunque estoy seguro de que ya lo sabes todo,
porque el alma de una persona se transmite,
sin querer y darse cuenta, con sus letras.
Así que continué la marcha
con tu recuerdo en mi pensamiento,
con la alegría en mis ojos
y con tu Sonrisa en mis labios.
¿Se puede pedir más...?
Rafael Sánchez Ortega
02/06/23
Cuando uno sabe que ese otro se manifiesta en forma de una mariposa, o varias, es saberse acompañdo, de alguna forma casi mágica. Un poema precioso, donde tampoco importa mucho saber cosas del otro.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Rafael
Gracias por tus palabras, Maripau.
EliminarUn abrazo.
El recuerdo sobrevuela el camino
ResponderEliminarBuena jornada 👍
Gracias Ely.
EliminarFeliz viernes.