De nuevo el sol
me ofrece, con sus rayos,
un dulce beso.
Es la mañana
que anuncia el nuevo día
del fiel otoño.
Tus ojos miran
y buscan en la playa
algunas huellas.
Quizás los pasos
de algunos caminantes,
madrugadores.
Quizás las algas
llegando hasta la orilla
con las resacas.
O las gaviotas,
que esperan, vigilantes,
alguna presa.
Pero es el sol,
bendito, en este otoño,
el que aquí llega.
Viene hasta ti
con yodo y con salitre
y con sus versos.
Son esas rimas,
sin nombre y como ochotes
de las resacas.
Es poesía,
del mar, junto a las olas,
y tus recuerdos.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/11/24
No hay domingo sin sol...
ResponderEliminarBello poema Rafael... feliz semana.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz semana.
De nuevo el sol, las mareas, los latidos, los poemas.
ResponderEliminarDan ganas de no salir nunca de este universo.
Abrazo, Rafael.
Los ojos del poeta buscan siempre el misterio que está detrás del sol y de las huellas de la vida...Nuestra alma busca el Protector de la vida y la poesía lo encuentra por todas partes, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz otoño.