Le cuesta, dar,
al sol, en la mañana,
los buenos días.
Muy perezoso.
sus rayos, con legañas,
al cielo envía.
Son los jirones
de nieblas y rocío
de larga noche.
Y así, temblando,
extiende sus caricias
sobre la tierra.
Poquito a poco,,
sus rayos dan al suelo
su desayuno.
Es el calor,
sin duda, que precisan,
con la alegría.
Es el susurro
y el néctar de los cielos
para su alma.
Y es el latido
de amor y poesía
del nuevo día.
Por eso nace
y renace, la vida,
con su calor.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/11/24
El sol tan perezoso como hoy yo.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.
Gracias por tus palabras y comentarios de hoy, Verónica.
EliminarAbrazos.
Hola Rafael, bonito poema alabando al sol, que si el no existiera, no habria vida. . Abrazos
ResponderEliminarGracias Merce.
EliminarAbrazos.
Que siga renaciendo Rafael, con pereza o sin pereza, falta nos hace.
ResponderEliminarUn homenaje al Sol con bellos versos.
Feliz semana.
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarAbrazo.
Muy bonito, hasta el sol es perezoso, debe ser por el clima del otoño.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias María Rosa.
EliminarAbrazo.
Que bien has hecho este poema al sol, a ver si se entera y nos da unos bonitos rayos, sobre todo por algunas zonas les vendría de miedo. Un besote, feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarAbrazo.
Unos bellos versos, que conforman el cuerpo de un poema hecho de luz, y hecho de alegría. Me recuerda ciertamente mi despertar diario, pero al comprenderlo, el poema es mucho más grande. Abrazos.
ResponderEliminarGracias J.S. Vila.
EliminarAbrazos.
La naturaleza es en sí misma poesía excelsa
ResponderEliminarBuena semana 👍
Cierto Eñy.
EliminarFeliz día.
El sol es el milagro, que guarda la grandeza del Creador...Ahí esta cada día con su paciencia, su generosidad y su amor, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo siempre, amigo.