Era frágil, delicada como el viento,
una tierna melodía de cristal,
una rosa y un tesoro simplemente,
con sus alas de ternura y mazapán.
Así vino, hasta mis brazos, sin dudarlo,
en un vuelo de gaviota y alcatraz,
para luego refugiarse en mis costillas
y ser guía de mi barca y capitán.
Temeroso de perder tanta belleza
no sabía responder a su mirar,
ni tampoco qué decirle, en ese instante,
donde el tiempo detenía su tic-tac.
Fueron unas sensaciones instintivas,
un galope del corcel sobre la mar,
un sencillo colorido, y aleteo,
que impregnaba con sus hojas la ciudad.
Pero el niño que miraba todo aquello
no quería ser testigo de esta paz,
él quería girasoles encantados,
caracolas y sirenas para hablar.
Y por eso con sus dedos, dibujaba,
arabescos sin principio ni final,
en un cuadro de paredes invisibles,
con un fondo de esperanza y claridad.
Y reía, como ríen los pequeños,
con sonrisa variopinta y sin igual,
y sus ojos desprendían la alegría,
y esa llama primorosa de la edad.
Fue un instante, solamente, que recuerdo,
una gota de rocío y de maná,
un segundo en que los miedos se acabaron
y ya pude ser el labio a quien besar.
Y ese beso de tus labios, Amor mío,
traspasó la reticencia del mortal,
y mis labios respondieron a tus besos
pues querían ser resaca y así, amar.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/15
una tierna melodía de cristal,
una rosa y un tesoro simplemente,
con sus alas de ternura y mazapán.
Así vino, hasta mis brazos, sin dudarlo,
en un vuelo de gaviota y alcatraz,
para luego refugiarse en mis costillas
y ser guía de mi barca y capitán.
Temeroso de perder tanta belleza
no sabía responder a su mirar,
ni tampoco qué decirle, en ese instante,
donde el tiempo detenía su tic-tac.
Fueron unas sensaciones instintivas,
un galope del corcel sobre la mar,
un sencillo colorido, y aleteo,
que impregnaba con sus hojas la ciudad.
Pero el niño que miraba todo aquello
no quería ser testigo de esta paz,
él quería girasoles encantados,
caracolas y sirenas para hablar.
Y por eso con sus dedos, dibujaba,
arabescos sin principio ni final,
en un cuadro de paredes invisibles,
con un fondo de esperanza y claridad.
Y reía, como ríen los pequeños,
con sonrisa variopinta y sin igual,
y sus ojos desprendían la alegría,
y esa llama primorosa de la edad.
Fue un instante, solamente, que recuerdo,
una gota de rocío y de maná,
un segundo en que los miedos se acabaron
y ya pude ser el labio a quien besar.
Y ese beso de tus labios, Amor mío,
traspasó la reticencia del mortal,
y mis labios respondieron a tus besos
pues querían ser resaca y así, amar.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/15
Como tu bien sabes escribir los versos...en ellos nos llevas al paraiso de la belleza y el amor
ResponderEliminarun abrazo Rafael ...gracias por tanta belleza entre lineas
Me alegra de que te gusten, Marina.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Algún día se te caerán tus labios de tanto dar besos.
ResponderEliminarEspero que te quede al menos uno para mi.
Un beso.
Estará pendiente, no lo dudes, Tecla.
Eliminar"Un beso" en la tarde.
Una maravilla!!!
ResponderEliminarGracias Amapola.
EliminarUn abrazo.
Todos tus poemas llevan el sello de tu inigualable pluma.
ResponderEliminarMi felicitación Rafael, es un placer leerte.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Un abrazo y gracias Carmen.
EliminarFeliz fin de semana.
A veces la fragilidad física encierra una gran fortaleza espiritual...Mi felicitación por este poema, que es recuerdo presente y sentimiento pleno. Mi abrazo de luz, Rafael.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias por tus palabras, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Poeta gracias por compartirte
ResponderEliminarA ti por leerme, Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
Sueños maravillosos como dibujando con pinceles el alma del pensamiento creativo. Hermoso trabajo, amigo Rafa. Envidiable.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Elisa.
EliminarUn abrazo.
Sabes? y me considero fragil a veces , las cosas me impresionan mucho y bueno dejalo, iba hablar, uuffff me fui ......un poema profundo el alma de las personas deben ser alimentada y fortalecidas con entereza y amor siempre lo trasladas a los niños es hermoso
ResponderEliminarHay veces que es inevitable, Bea.
EliminarUn abrazo.
bien por tu pluma Rafael
ResponderEliminarcuánto dulzor y ternuras lleva
abrazo
Gracias por tu visita y comentario Ely.
EliminarUn abrazo.