Un niño contemplaba, silencioso,
la lluvia que bajaba de los cielos,
pensaba que los ángeles lloraban
con ojos de candor y soñolientos.
Pensaba nuestro niño tantas cosas,
quizás en paraísos y veleros,
acaso en ser, en ellos, Don Quijote,
o un simple vagabundo entre los cuerdos.
Ansiaba traspasar esas fronteras
cubiertas de leyendas y misterios,
llegar hasta la línea indivisible
que acerca el corazón al sentimiento.
El niño simplemente sonreía
quizás con una nana en el recuerdo,
o puede que animando sus pupilas,
los lazos de un cometa con su vuelo.
Un niño contemplaba, en la distancia,
el marco del otoño, en su reflejo,
entonces se avivaban los suspiros
naciendo poesías de sus dedos.
Brotaban incipientes amapolas,
jazmines y alhelíes en sus versos,
a ellos se sumaban margaritas
y el verde secular de los senderos.
Es fácil comprender este paisaje
del niño soñador y tan inquieto,
ahora que el otoño ya ha llegado
y viene dibujando hasta sus besos.
Eterno corazón, el de este niño,
los años no han dejado en él recuerdos,
si acaso sentimientos encontrados
en busca del amor y del deseo.
"...Un niño contemplaba, tembloroso,
el cuadro tan ansiado de su anhelo,
y allí te conoció, querida mía
quedando, entre tus brazos, prisionero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/10/15
la lluvia que bajaba de los cielos,
pensaba que los ángeles lloraban
con ojos de candor y soñolientos.
Pensaba nuestro niño tantas cosas,
quizás en paraísos y veleros,
acaso en ser, en ellos, Don Quijote,
o un simple vagabundo entre los cuerdos.
Ansiaba traspasar esas fronteras
cubiertas de leyendas y misterios,
llegar hasta la línea indivisible
que acerca el corazón al sentimiento.
El niño simplemente sonreía
quizás con una nana en el recuerdo,
o puede que animando sus pupilas,
los lazos de un cometa con su vuelo.
Un niño contemplaba, en la distancia,
el marco del otoño, en su reflejo,
entonces se avivaban los suspiros
naciendo poesías de sus dedos.
Brotaban incipientes amapolas,
jazmines y alhelíes en sus versos,
a ellos se sumaban margaritas
y el verde secular de los senderos.
Es fácil comprender este paisaje
del niño soñador y tan inquieto,
ahora que el otoño ya ha llegado
y viene dibujando hasta sus besos.
Eterno corazón, el de este niño,
los años no han dejado en él recuerdos,
si acaso sentimientos encontrados
en busca del amor y del deseo.
"...Un niño contemplaba, tembloroso,
el cuadro tan ansiado de su anhelo,
y allí te conoció, querida mía
quedando, entre tus brazos, prisionero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/10/15
Creo que era el niño poeta.
ResponderEliminarBesos.
Es posible, Carmen.
EliminarBesos.
ternura e inocencia en el niño, cosa que cuando se crece se madura para hacerse Hombre, porque si un hombre sigue con la lógica de niño pos ya la verdad que de Peter Pan ninguna mujer aguanta jejejeje
ResponderEliminarabrazo y buena semana Rafael
La evolución es evidente, Ely, y nadie la puede negar, pero...
EliminarUn abrazo y una sonrisa. Feliz semana.
Pues muy buen lugar para encontrarse, el ensueño de la infancia.
ResponderEliminarSaludos Rafael.
Gracias Beatriz.
EliminarUn abrazo.
Es verdad los sueños de los niños suben hasta los cielos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Efe.
EliminarUn abrazo.
Bello cuadro ansiado por un niño con un final hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Gracias por tus palabras, Carmen.
EliminarUn abrazo.
hermosas po4sia al niño ...abrazos
ResponderEliminarMarina
Gracias, Marina.
EliminarUn abrazo.
Es inevitable retornar al niño, que todos llevamos dentro...El es el dueño de los primeros sentimientos, que el hombre recoge para seguir erguido hacia arriba, madurando como el árbol en busca de la luz del amor, Rafael...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo de luz, poeta..
M.Jesús
Agradezco siempre tu comentario, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Cuánto se imagina de uno de niño, se le ilumina el alma de magia.
ResponderEliminarPrecioso Rafael.
Cierto, Luján.
EliminarUn abrazo.
Niño buscando respuestas, imagino vos, Rafael.
ResponderEliminarAbrazos
Querido amigo , estoy casi segura que debiste haber tenido una infancia feliz, los sentimientos que expresas sobre lo que los niños sientan y sueñan es tan vivo y representativo uuuff, te sale ese niño siempre que llevas dentro precioso , un abrazo fuerte desde mi brillo del mar
ResponderEliminar¿Cuándo se deja de vivir esa infancia, Bea...? ¿Acaso es cuestión de edad...? No sé. A veces me hago estas preguntas y no tengo respuesta para ellas.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
Un niño de ojos risueños y alma noble.
ResponderEliminarSus dedos en manos y pies son la delicadeza y la fuerza de su Voluntad.
Un Abrazo.
Gracias por verlo así, Olga i Carles.
EliminarUn abrazo.
En todos nosotros queda un niño o una niña, con su inocencia, sentimientos y sueños. Hermoso amigo!!!
ResponderEliminarCierto, Paty. A eso mismo me refiero en mis versos.
EliminarUn abrazo.