Me gusta disfrutar de los rumores
que dejan las mareas en la playa,
las olas que suspiran en silencio
y luego, en las arenas, se esparraman.
Se estiran como cintas de cometas
que luego se recogen sin usarlas,
no sé si con nerviosos corazones
que gritan, que palpitan y que sangran.
Recuerdo los veranos de hace tiempo,
aquellos ya lejanos de la infancia,
buscaba, ¡cómo no!, las caracolas,
y cuentos con sirenas encantadas.
Andaba, sin mirar, hacia adelante,
siguiendo por la orilla imaginaria,
quizás con la ilusión de tantos sueños
que entonces adornaban las pestañas.
Más debo regresar de los rumores,
recuerdos de otras épocas pasadas,
salitre del rocío y de cristales
arenas de una playa en la distancia.
Prefiero compartir otros rumores
los nuevos y actuales que me abrazan,
aquellos que provienen de unos labios
que besan y susurran que "me aman".
No sé si los rumores y los sueños,
precisan de poemas y palabras,
quizás con contemplarlos simplemente
se viven y disfrutan en la nada.
Rumores y rumores de unos labios
que causan sensación en las entrañas,
las tiernas mariposas, vacilantes,
y el cuerpo irreverente de mi amada.
"...Me gusta disfrutar de los rumores
y siento que la vida no se acaba,
que siguen más allá de las mareas,
las tiernas celosías de tu alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/10/15
que dejan las mareas en la playa,
las olas que suspiran en silencio
y luego, en las arenas, se esparraman.
Se estiran como cintas de cometas
que luego se recogen sin usarlas,
no sé si con nerviosos corazones
que gritan, que palpitan y que sangran.
Recuerdo los veranos de hace tiempo,
aquellos ya lejanos de la infancia,
buscaba, ¡cómo no!, las caracolas,
y cuentos con sirenas encantadas.
Andaba, sin mirar, hacia adelante,
siguiendo por la orilla imaginaria,
quizás con la ilusión de tantos sueños
que entonces adornaban las pestañas.
Más debo regresar de los rumores,
recuerdos de otras épocas pasadas,
salitre del rocío y de cristales
arenas de una playa en la distancia.
Prefiero compartir otros rumores
los nuevos y actuales que me abrazan,
aquellos que provienen de unos labios
que besan y susurran que "me aman".
No sé si los rumores y los sueños,
precisan de poemas y palabras,
quizás con contemplarlos simplemente
se viven y disfrutan en la nada.
Rumores y rumores de unos labios
que causan sensación en las entrañas,
las tiernas mariposas, vacilantes,
y el cuerpo irreverente de mi amada.
"...Me gusta disfrutar de los rumores
y siento que la vida no se acaba,
que siguen más allá de las mareas,
las tiernas celosías de tu alma..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/10/15
No todas las cosas se necesitan de palabras, también desde el silencio se sienten las emociones.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda, amigo Rafael.
Pienso como tú, María.
EliminarUn "beso dulce de seda", también para tí.
De vez en cuando es bonito regresar a esa niñez perdida y recordar esos rumores de los que hablas.
ResponderEliminarHermoso y evocador como todos tus poemas, que tanto me gustan.
¡Feliz domingo!
Creo que así debe de ser, Julia.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
¡Si! a veces el silencio habla mas que las palabras...lo dices tan bien ...un feliz dia para ti Rafael
ResponderEliminarabrazos
Gracias Marina.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
No sé si precisan de palabras,pero así,poetizados,todos los disfrutamos.
ResponderEliminarBesos,buen domingo.
Cierto, Carmen.
EliminarBesos y feliz domingo.
Rumores de voces amadas, de la naturaleza que se agitan en la tarde; son buena compañia. Bello poema.
ResponderEliminarmariarosa
RAFAEL
ResponderEliminarque puedo decirte
escribes com un gran poeta
Agradezco tus palabras querida amiga.
EliminarUn abrazo.
Rafael, esos rumores siempre te harán sentir mariposas en el estómago uufff siempre lleno de dulzura esa música de tu pluma hermoso como siempre , un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Bea.
EliminarUn abrazo desde el Cantábrico.
Toda una poesía Rafael, llena de detalles encantadores!!!
ResponderEliminarGracias Paty.
EliminarUn abrazo.