Cuando apagamos la luz
nos quedamos en tinieblas,
los dos solos y en silencio
y escuchando a las estrellas.
Porque ellas nos hablaban,
desgranando mil leyendas,
de personas y de cosas
que habitaron en la tierra.
Una vez había un niño
que jugaba con la arena,
con su pala y su caldero
al compás de la marea.
Intentaba hacer un barco,
o mejor una trainera,
a pesar de que las olas
extendían su melena.
Y lo hacían por la playa,
revoltosas y coquetas,
avanzando lentamente
sin que nada las detenga.
Otro niño, que a su lado,
empuñaba dos cometas,
le invitó a que le ayudara
a llevarlas a la fiesta.
Las alzaron orgullosos
con la brisa por bandera
y ese viento del nordeste
que las sube y las eleva.
Un anciano contemplaba
muy nostálgico esta escena,
y sus labios susurraban
viejos versos de un poema.
"...Era un día de verano
y era un niño en una siesta,
de repente vivió un sueño
al besarle una sirena..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/11/17
Dulces y ensoñadas tinieblas, en las que abrazarse a las estrellas, esas, centelleantes y vestidas... de hermosas historias…
ResponderEliminarSiempre un placer leerte, querido amigo.
Bsoss, y feliz inicio de semana.
Gracias por tus palabras Ginebra.
EliminarBesos y feliz semana también para ti.
Precioso poema, con la dulzura y magia que siempre pones en tus versos.
ResponderEliminarUn placer leerte Rafael.
Un beso y feliz semana.
Gracias Carmen.
EliminarUn beso y feliz semana.
Qué apasionadas letras que fluyen sin miedo ni recelo, te dan vida esos momentos tan intensos, quien no sueña ser, nunca podrá existir en otros juegos. Excelso poema Rafael.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias por tu comentario, María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
El canto de las estrellas es mi canción favorita de las noches de verano y las del invierno, tintileando ellas a la luz de la luna mientras me quedo abandonada al hechizo de tus versos.
ResponderEliminarHermoso canto que sin duda aprovecharás en toda su intensidad, Tecla.
EliminarUn abrazo en la noche.
Hay que ver como son los niños , solo ellos son capaces de sacar una sonrisa a ese anciano , que viéndoles jugar recuerda a su sirena.
ResponderEliminarMuy buenas noches y feliz comienzo de semana.
Gracias por tus palabras Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz semana también para ti.
Los besos de las sirenas pueden hacer milagros...
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Rafael.
EliminarUn abrazo.
Qué poético y tierno final para ta bella poesía!
ResponderEliminarY yo imagino a los niños en la Playa con el viento del Nordeste(que no hay quien pueda con él(sonrisa))mirando sus cometas,haciendo sus barcos y castillo en la arena...
Besucos paisano
Gó
Estás dibujando la Playa de Merón en esa escena Gó.
EliminarUn abrazo y "besucos" desde esta villa pejina.
Me he recreado en las escenas que tan bien reflejas en tu poema, me he sentido el niño, la barca, el anciano y hasta la cometa. Gracias
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Te doy las gracias Julia, por haberte podido llevar todo eso que citas con mis letras.
EliminarUn abrazo.
Rafael que dulzura, lleno de de melodía e inocencia, me trajiste recuerdos de jugar en la playa, bello bello, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea.
EliminarUn abrazo.
Perfecto poema para una ensoñación.
ResponderEliminarBuen día,Rafael.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
Una escena mágica, los pequeños, el mar... las estrellas... los juegos... el sueño que nunca muere... un escenario que deambula en los sentimientos, con esa candidez que jamás desiste de ser y existir en el alma.
ResponderEliminarAsí debería ser siempre Paty.
EliminarUn abrazo.