No me olvido de la infancia
ni del tiempo transcurrido
ya que es parte de la vida
y un capítulo muy mío.
Porque todos retenemos
ese espacio tan bonito,
y los años primorosos
que despacio los vivimos.
¿Qué decir de aquella etapa,
y los pasos imprevistos,
de quel niño que crecía
entre juegos y entre libros?
Y así fue, sin duda alguna,
ese hermoso recorrido,
con colegios y leyendas
de piratas y de indios.
Se mezclaron los quebrados
con proyectos infinitos,
de viajar por otros mundos
y encontrar mil paraísos.
Aunque luego la gramática
dejó un sello muy distinto,
ya que vino con lecturas
y con dioses del Olimpo.
En la calle y en la escuela
abundaron los amigos,
que llegaban y se iban
como el agua de los ríos.
Y quedaron unos pocos
compartiendo, cual mendigos,
tantos juegos inocentes
entre el polvo del camino.
¡Primavera de la vida
que has pasado y que he vivido
hoy te pido que regreses
y me prestes tu cariño!
Bella infancia, irrepetible,
que recuerdo y que remiro,
rebuscando entre sus pliegues
una esencia que persigo.
Yo sé bien que allí nacieron
sentimientos muy bonitos,
y también las mariposas
me mostraron sus vestidos.
Aquel vuelo de la alondra,
los gorriones con sus trinos,
golondrinas en la tarde
acercándose a los nidos.
Y recuerdo de esa infancia
a la luna con su brillo,
que me hablaba desde el cielo
dando fuerza a mis latidos.
Hasta el mar tenía un verso,
un arrullo y un suspiro,
y un rumor de caracolas
que dejaba en mis oídos.
Hay mil brumas de la infancia
con retales y con hilos,
laberintos y verdades
irreales y furtivos.
Pero el sueño de la vida
es la infancia y entresijos,
temporales y galernas
que despiertan con sus gritos.
Y aquí vuelven, nuevamente,
porque son, en sí, testigos,
los fragmentos de ese tiempo
con los años deducidos.
No es que añore yo la infancia,
que es un tiempo ya marchito,
pero estoy en el otoño
y preciso de ese ciclo.
(...El silencio de los bosques,
la humildad de los mendigos,
las canciones de las fuentes
y el latido de los lirios...)
¿Dónde estás mi poesía?,
¿dónde ocultas tu gemido?,
ya que busco entre la infancia
los acordes del vinilo.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/11/17
Rafael, amigo mío... gracias por traer el recorrido de tu infancia... a la par que tú he recorrido la mía.
ResponderEliminarQué belleza de recuerdos y de poema!!!
Mil besitos en la tarde.
Gracias Auroratris, creo que todos deberíamos hacer ese recorrido de tarde en tarde, ¿no crees?
EliminarBesos en la noche.
Qué bonita poesía, recordando la infancia, aquella que siempre llevaremos en el recuerdo desde el corazón, de aquellos años entrañables donde todo eran juegos e imaginación.
ResponderEliminarMe ha encantado esta poesía, amigo Rafael, un placer volver atrás desde tus letras, aunque sea por unos instantes.
Besos desde la tarde-noche.
Sí, María, es algo que deberíamos hacer de vez en cuando, aunque sea "por un instante", como bien dices.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Hoy nos dejas esos recuerdos infinitos de la infancia , donde surgen los amigos , donde empezamos a comprender que las mariposas no solo son insectos bonitos sino algo más que de vez cuando sentimos por dentro ..es un canto a la niñez en esta melodía de otoño.
ResponderEliminarQue bonitos colores en tu imagen , se funden el cielo y la tierra .
Un abrazo y feliz jueves restante...
Gracias por tu comentario Campirela que recoge en su conjunto lo que intenté dejar en mis versos.
EliminarUn abrazo en la noche.
Nunca deberianos olvidarnos de la infancia....no importa lo vivido.... Saludos...Un gusto leerte
ResponderEliminarTienes razón Poetiza. Gracias por tu visita y comentario.
EliminarUn saludo.
es un grato recuerdo el de la infancia Rafael en ella dejamos mucho de lo que despues vuelve con nosotros a vivir en la memoria , bellos versos. mis saludos jr.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentari9o J. Ramón.
EliminarUn saludo.
Quien ha tenido una buena infancia sin duda se nutre de sus recuerdos cuando la vida, con sus cosas, nos visita.
ResponderEliminarLo vivido siempre está bien.
Abrazo, Rafael.
Cierto Verónica.
EliminarUn abrazo.
Me he emocionado el poema, me has traído escenas inolvidables.
ResponderEliminarGracias por por esta hermosa evocación para no olvidarnos nunca de ella, sin esos años vividos ahora no seriamos nada.
Feliz fin de semana Rafael.
Un beso.
Gracias Carmen, me alegro de que te gustara estos versos.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana también para ti.
Extrañar es un sentir que se anuda al corazón, en cada verso vivimos momentos de algarabía, el llamado de mamá, ir al colegio a jugar con los primos, hermanos y amigos todos juntos a rezar, yo extraño es un decir, lo vivo al recordar, me llevaste al valle más preciado amigo, gracias.
ResponderEliminarAbrazo
Hola Rafael, me doy un paseo por tu espacio, me gusta y me quedo.
ResponderEliminarTu infancia te inspira dulces, tiernas y bellas letras, fruto de vivencias y recuerdos.
Tiempos que pasan y quedan dormidos en el corazón.
Un abrazo.
Ambar
Gracias por tu visita y comentario, Ambar, es un placer y tienes mis letras a tu disposición.
EliminarUn abrazo.
Hola mi querido amigo versos que nos hacen trasladar a nuestra viaje de niños que tú llevas muy bien guardado y brotas en bellos versos , hermoso yo no lo sé hacer en verso pero a ti te queda precioso , regresar a la infancia, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEs ese viaje que todos hacemos y del que seguro que guardamos muchos retales.
EliminarUn abrazo.
No podemos retroceder el tiempo, pero sí, vivir la emociones que nos brindan ciertas situaciones, es bello ser un adulto-niño, que no pierde ciertas facetas de creatividad, alegría y sueños.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
No podemos retroceder, es cierto, pero tampoco deberíamos perder esa etapa o lo importante de ella, Paty.
EliminarUn abrazo.