Reloj que restas las horas
de este tiempo en el que vivo,
y te muestras tan sereno
a pesar de tantos gritos,
ya que cantan las cigarras,
los gorriones y los grillos,
dime tú ¿cuándo comienza
este viaje al infinito?
dime tú, desde el silencio
de la torre del castillo
¿dónde están esas cañadas
y en las mismas los caminos?
porque quiero ver las huellas
que plasmaron los bandidos
y esas otras, singulares,
de esforzados peregrinos.
Reloj que aguantas los años
imperturbable a los fríos,
a las lluvias torrenciales
y a calores de delirio;
tú que ves pasar los días
y las noches en tu sitio,
sin apenas sobresaltos
ni dar muestras de cariño,
dime entonces la receta
de esta resta a mis suspiros,
ya que avanzan los segundos
a ese tren que es mi enemigo,
aunque a veces tenga dudas
y no sepa lo que digo
quiero ser y estar consciente
por los siglos de los siglos.
Reloj que vas en el alma
controlando sus trocitos,
dame tú, sin decir nada,
la respuesta que persigo,
dame el canto de las horas
en el llanto del rocío,
y esa brisa imperceptible
en el baile de los lirios,
el susurro de las olas,
el bogar de los marinos,
la sonrisa de la luna
y sus ojos tan bonitos;
aunque olvida mis palabras,
ya que en ellas me despisto,
y prosigue tu descuento
en silencio y a tu ritmo.
"...Reloj que restas las horas
y que estás, aquí, conmigo,
haz que viva este presente
y que apure sus latidos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/17
Perfecto poema al tan temido reloj o tiempo ...ese que pasa sin darnos cuenta , el que nada lo detiene, somos esclavos de él y con él nos iremos aunque permanezca intacto el reloj en si tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo de media noche ...feliz despertad.
Sí, el reloj nos resta, no suma, ha sido así siempre, esperemos que algún día inventen uno que sume, excelente poema en honor al reloj.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Gracias Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Ese reloj siempre en actualidad, que nos persigue con sus minutos y horas no se merece tan bello poema. Nunca se queda dormido.
ResponderEliminarmariarosa
Es cierto, María Rosa, como bien dices "nunca se queda dormido el reloj".
EliminarUn abrazo.
Es solo un señuelo que nos dice yo te quiero, pero nos muestra seguido el paso más temido, no importa, no lo miremos él solito dejara de marcas el ritmo.
ResponderEliminarAbrazo
Cierto María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Vivimos pendientes del reloj y del tiempo.
ResponderEliminarEl poema es reflexivo.
Abrazos.
Pues sí, Verónica, es cierto lo que dices.
EliminarUn abrazo.