El silencio, poco a poco,
en la tarde ya cayendo,
mientras avanzan despacio
las tinieblas por los pueblos,
es un telón invisible
que cubre al sol en el cielo
y que despierta a la luna
invitándola al paseo,
para llegar a los hombres
y penetrar en sus sueños
cambiando luces por sombras
y nerviosismos por besos,
y es que la luna y la noche
hacen feliz este encuentro
como en la playa, las olas,
forman un lindo crescendo...
Otro silencio comienza
a los hombres, en el pecho,
cuando las sombras del día
abren las puertas del miedo,
porque la noche comienza
y va dejando sus velos
en soportales y calles
y en los hogares y el fuego,
así comienza el insomnio
y surge y grita el infierno,
en las entrañas del hombre
cual prisionero del tiempo,
y es carcelera la luna
de los niños y del viento,
porque le gusta librarlos
y que se vayan muy lejos...
"...Un silencio misterioso
va penetrando en el hielo,
y en las almas de los hombres
como si fuera un veneno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/08/18
Bello poema con sabor a despedida, ese miedo atrapa y ya no suelta más, un abrazo desde el tiempo!
ResponderEliminarGracias Maricel.
EliminarUn abrazo.
Cayendo la noche, se abren los silencios del alma dormida mientras los ruidos del día acompañan a los sueños. La noche se acerca, cabalgando en el horizonte, con un manto de silencio
ResponderEliminarPrecioso poema. Un abrazo
Bonitas letras para un preludio de ese silencio nocturno, Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
El silencio cuanto dice y cuanto calla
ResponderEliminarUn abrazo Rafael
Cierto Precious.
EliminarUn abrazo.