Yo vi que tras tus ojos
brillaba la alegría,
hablaban sin palabras
al mundo y a la vida,
las olas te miraron,
los barcos te seguían,
el viento se calmaba
mandándote la brisa,
y tú, seguías firme,
hablando la sonrisa
dejando tantos sueños
de forma muy distinta,
en unos para niños
que buscan las ardillas
y en otros para hombres
que curan sus heridas...
¡Benditos son tus ojos,
perfecta maravilla,
un faro sobre el puerto
creando poesías!,
sigamos, inocentes,
al tren por estas vías,
quizás las estaciones
estén tras las esquinas,
repletas de palabras
de versos y caricias,
y un sello con tu nombre
me diga que estás viva,
que quieres que mis labios
restañen tus mejillas,
te besen tarde y noche
y encuentren a tu risa...
"...Yo vi que tras tus ojos,
ardientes, me pedías,
un poco de paciencia
y, así, serías mías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/18
Esa mirada que prende fuego y pide tiempo. Precioso poema
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
El lenguaje de los ojos, esas miradas nítidas llenas de palabras silenciosas, esas formar de paladear los momentos a través de la mirada.
ResponderEliminarMil besitos para tu tarde, amigo Rafael.
Cierto Aurora tris.
EliminarUn abrazo y gracias por tu comentario.
El dolor de no estar en el mismo tiempo-espacio y aún así, sentir esa mirada con toda la fuerza que es posible.
ResponderEliminarUn beso, Rafael
Tienes razón Mujer Virtual, gracias por tus palabras.
EliminarUn beso en la noche.
bello
ResponderEliminarGracias Damian.
EliminarTanto dice la mirada...
ResponderEliminarAbrazos, Rafael.
Sin duda que habla, Verónica.
EliminarUn abrazo.
Me encanta, que bellísimooo!!!
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