Se nos pasan los días
y penamos por ellos,
malgastando el presente
que se queda muy lejos,
añoramos edades
y también los momentos
que dejaron grabados
multitud de recuerdos,
eran tardes y noches
que vivimos muy dentro,
alejando fantasmas
y creando mil sueños,
una etapa sin nombre
del verano y adviento
cuando hierve la sangre
y despierta el deseo...
Pero siguen los días
su inflexible lamento,
y amanece más tarde
y anochece primero,
eso ocurre en el hombre
cuando llega al invierno
y sus hebras de plata
le producen tormentos,
son las mieles y el néctar
que le ofrece el espejo,
de esa brisa pasada
ya caduca en el tiempo,
y aunque esté retenida
en desvanes desiertos
solamente nos quedan
sus hollines tan negros...
"...Se nos marchan los días
y se pierden los besos,
que quedaron marchitos
en los labios sin dueño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/18
Se nos pasan los días, se nos hielan los fuegos, se estremecen las noches ante estrellas de un cielo que nos deja el regusto de amaneceres de infarto y de `preciados recuerdos
ResponderEliminarMuy bello el poema. Un abrazo
Gracias por tus palabras, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Añoranzas de lo más hermoso vivido, precioso Rafael.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Triste realidad.....hermoso poema....saludos
ResponderEliminarGracias Sandra.
EliminarUn saludo.
Si, Rafael, se nos pasan los días...A veces queremos retenerlos en los poemas, hacerlos eternos. Pero, la vida nos empuja hacia delante con miles de sensaciones y sentimientos...Y sólo nos queda el recuerdo, que renovamos una y otra vez.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo siempre.
Tienes razón María Jesús, pero así es la vida.
EliminarUn abrazo.