Recuerdo aquella fecha
y entonces me estremezco,
salía de la bruma
de un duro y crudo sueño,
en él no había rosas,
ni lunas ni luceros,
tampoco las sirenas
estaban con sus cuentos,
tan solo las legañas,
mis ojos ya despiertos,
la mente con la niebla,
los labios con lamentos,
palabras extraviadas
surgían desde el miedo,
y algunas enfermeras
pendientes de mi cuerpo...
Recuerdo aquella fecha
en que nací de nuevo,
y vine a ver la vida
de un modo más sincero,
a verla en sus latidos,
en sus aspectos tiernos,
en el alba del día
en la noche y su velo,
en la madre que atrapa
a su niño pequeño,
en el padre que busca
el jornal y el dinero,
en el pobre, el anciano,
en el alma que llevo
como humilde equipaje
en el viaje del tiempo...
"...Recuerdo aquella fecha
con profundo respeto,
porque me abrió los ojos
para soñar despierto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/08/18
Un recuerdo que te muestras otras facetas de la vida, muy bueno poeta.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Siempre hay un punto de inflexión... una fecha que nos hace despertar para vivir y soñar.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde, amigo Rafael.
Supongo que es como dices, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Un momento de nuestras vidas que nos hace analizar a fondo en qué hemos empleado la nuestra hasta ese instante. Un punto de inflexión que nos transforma y nos hace valorar aquello que de verdad importa.
ResponderEliminarUn poema inolvidable, como siempre.
Un besaaaaaaaazo.
Cierto Sechat, es como dices.
EliminarUn abrazo en la noche.
Esa flecha siempre duele pero nos despierta.
ResponderEliminarAbrazos, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarUn abrazo.
Una nueva vida para soñar despierto. Saludos .
ResponderEliminarGracias Edith.
EliminarSaludos.