Estaba despertando y escuché, de sus labios,
un poema de protesta.
Todo estaba mal, todos eran culpables,
ya que si miraba el pasado veía esas faltas
y carencias y si era en presente,
las veía, también, multiplicadas.
Ante esto ¿qué futuro se presentaba?
si todo estaba mal, si aparentemente la vida
no tenía sentido, ¿para qué seguir?,
¿por qué luchar?
Hasta el sueño parecía que molestaba
y no era posible dedicarle un segundo más.
Su boca escupía odio y bilis
en un acto de protesta.
Traté de escuchar un rayo de esperanza
en el sonido hiriente
y no lo encontré.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/18
Hay veces que es mejor no oír ..porque las palabras pueden herir más que una herida física ..está se cura la otra se queda en la memoria de por vida ..
ResponderEliminarUna feliz noche.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Hay personas cuya amargura y rabia se les hace incontrolable.
ResponderEliminarUn abrazo grande y feliz noche, Rafael
Gracias por tus palabras, Albada Dos.
EliminarUn abrazo en la noche.
uuuff que duro ehhh, muy triste cuando el odio habla porque entonces la esperanza se apaga, profundos versos, un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarSí, Bea, así es.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.