Fue un día gris y triste,
con lluvia en los tejados y las calles,
y el agua que llegaba de los cielos
buscaba, en las aceras,
la figura de los hombres.
Fue un día gris, repito,
y el alma se encogía tratando de volver
a su refugio en el recuerdo,
a ese desván oscuro y polvoriento
de mi alma.
Fue un día que pasó, y atrás quedó,
quemando tentaciones
y mil ganas de caer y abandonar
en la batalla
por causa de esas fuerzas que no tengo
y que me faltan.
Pero pude acabar, cansado y sudoroso,
esta primera etapa.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/18
En la carrera de la vida hay muchas metas a conseguir, una por cada día que se vive.
ResponderEliminarCierto Manuela.
EliminarUJn abrazo.
Aunque pasen los días, imposible olvidar...
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Pienso como tú, Julieta.
EliminarUn abrazo en la tarde.
En esos días, hay que respirar hondo y confiar en que todo pasa y vuelve a empezar de nuevo...Inspirador tu poema, Rafael.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
Así es María Jesús.
EliminarUn abrazo.
En el día a día nos encontramos de todo, y esos días grises tendremos que intentar darles color.
ResponderEliminarUn beso Rafael.
Por supuesto, Carmen, eso debemos hacer.
EliminarUn beso.
La segunda, o siguiente etapa, será tal vez gris al principio,pero el sol sale, cada día con una nueva luz.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche
Entonces busquemos esa luz cada día, Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz noche también para ti.
Se puede cuando se quiere.
ResponderEliminarAbrazo
Hay tantos días de tantos colores, pero hay que seguir caminando.
ResponderEliminarUn beso.
No queda otra, María.
EliminarUn beso.
Tu eres fuerte, no te faltan fuerzas, te sobra corazón, tus días brillarán con la poesía!!
ResponderEliminarGracias Maricel.
EliminarUn abrazo en la noche.