Gotas de fuego
desprenden las pupilas
que están llorando.
Hay mucha rabia,
con lluvia contenida
que va surgiendo.
No sé qué rayos
han sido los motivos
para este cambio.
Ojos divinos,
pequeñas mariposas
para soñar.
Y esa mirada,
de suyo tan serena,
hoy no es la misma.
Es una rosa
marchita y ultrajada
no sé por quién.
Si lo supiera
iría a reprenderle
por su conducta.
Quiero esos ojos
y el verso que contienen
en sus pupilas.
Quiero el mensaje
y el beso que me mandan
constantemente.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/06/20
Lágrimas de fuego que queman, un poema donde elegantemente reivindica que devuelvan la risa a esa mirada que hoy llora. Feliz domingo Rafael.
ResponderEliminarSí, Campirela, así es.
EliminarUn abrazo en la noche.
Algunas veces nos pasa Rafael; dicen que aquél quién más te quiere te hará llorar, pero no te preocupes porque eso nos ocurrirá a todos más tarde o temprano.
ResponderEliminarBuen poema. Te envío mi abrazo poeta
Sí, Juan, es como dice el refrán.
EliminarUn abrazo y gracias.
Un ser nos arruina y otro nos levanta, un ser dice que nos quiere y otro sin decirlo, realmente nos ama. Los contrastes de este camino llamado vida.
ResponderEliminarUn gran tema amigo.
Abrazo...
Paty.
Eso tiene la vida, Paty.
EliminarUn abrazo.
Esos ojos que llegan, nos traspasan, nos contagian el dolor, o la dicha.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz tarde
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Lo quiero y quiero te quedes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Laura...
EliminarUn abrazo.
La lágrimas derramadas limpian el corazón, precioso poema.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
doloroso deber de volver a levantarse profundo de verdad precioso un abrazo o desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.
Qué nada ni nadie impida que esos ojos vuelvan a sonreír.
ResponderEliminarHermosos versos!
Gracias Galilea.
EliminarUn abrazo.