Un roble ciego
se alzaba con sus ramas
entre las sombras.
Tú le mirabas,
buscabas a sus ojos
sin conseguirlo.
Era tu amigo,
también tu confidente
y tu almohada.
En su costado
dormiste muchas tardes
con el nordeste.
Aquella brisa,
lejana de los mares,
fue tu caricia.
Ahora la extrañas
y extrañas hasta el roble,
que están muy lejos.
Atrás quedaron
los días de colores
y juventud.
Días de sueños,
de brisas y suspiros
bajo los cielos.
Y a todo esto,
un roble, medio ciego,
secó tus lágrimas.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/06/20
Me encantó tu sencillo homenaje a ese roble de tu juventud, que ahora está ciego y envejecido. Los árboles tienen alma, están conectados con el universo y nos transmiten buenas energías. Mi felicitación por tu amor a los árboles.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana de noviembre, Rafael.
Gracias María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Un árbol viejo siempre produce respeto e inspira bellos poemas.
ResponderEliminarmariarosa
Cierto María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Atrás quedaron tantas cosas...
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Laura.
EliminarBesos.
Como queriendo escapar hacia el cielo... preciosa nostalgia, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias Auroratris,
EliminarUn abrazo en la noche.
Esos árboles, confidentes callados, que nos acompañan.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Ay, si los árboles hablaran con palabras para los humanos cuántas cosas nos dirían.Pues no olvidemos que ellos son cómplices de amores incomprendidos. Un precioso poema. Abrazos!!
ResponderEliminarEllos han sido testigos Campirela...
EliminarUn abrazo.
Y el roble viejo, a pesar de los años, sigue fiel a sus recuerdos y añoranzas porque tiene madera noble.
ResponderEliminarUn abrazo poeta.
Así es Juan, gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Arboles o personas que acompañan momentos entrañables y quizás nunca volvamos a ver, pero jamás olvidaremos. Un bello poema Rafael!! Abrazo grande!
ResponderEliminarGracias Eli Méndez.
EliminarUn abrazo.
Por muchos años y vida que pasen, hay personas a las que no se olvidan.
ResponderEliminarEnraizado como un roble al poema.
Abrazo, Rafael.
Es que tienen algo especial, Verónica.
EliminarAbrazo.
Ese viejo roble en su fortaleza... firme e inamovible en tu recuerdo.
ResponderEliminarUna belleza tus letras, Rafael.
Gracias Galilea.
EliminarUn abrazo.