Dos mariposas
volaban y jugaban
y yo las vi.
Se me acercaron
y el baile de sus alas
me cautivó.
¡Qué maravilla
de sueños, me dejaron,
en este encuentro!
Y sin pensarlo,
de un salto, y con mis sueños
las perseguí.
Viví su baile,
volé por los jardines
y las campiñas.
Besé las rosas
y luego las violetas
y algún geranio.
Volví en la tarde
cansado de mis sueños
y suspiré.
Suspiro inmenso
de un pecho enamorado
que piensa en ti.
Nunca te vayas,
ni dejes que te olvide,
"mi mariposa"
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/20
Poéticos estos versos, puede ser que ya los publicaras, me suena haberlos leido.
ResponderEliminarFeliz viernes.
Abrazo
Gracias Carmen, y no, es un poema nuevo, aunque puede que tenga algo que ver con alguno que hayas leído con anterioridad.
EliminarUn abrazo.
Revolotea sin fin.
ResponderEliminarBesos.
Cierto Laura.
EliminarBesos.
Recuerdos de la infancia que regresan hoy en forma de mariposa, Rafael.
ResponderEliminarDivina inocencia la de aquellos años. Un abrazo
Así es Juan.
EliminarUn abrazo y gracias.
Esas mariposas son alegría y un lindo entretenimiento cuando se es niño poder perseguirlas, son recuerdos que dejan huella. Un fuerte abrazo y muy feliz noche.
ResponderEliminarGracias Campirela, pienso igual.
EliminarUn abrazo en la noche.
Seguir mariposas, qué belleza de viaje
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
¡Muy bello ese revoloteo de bellas mariposas!
ResponderEliminarMágico poema has compartido.
¡Un abrazo!
Gracias Lady Blue.
EliminarUn abrazo.
Tus inolvidables mariposas siempre regresan para llevarte con ellas, renovar tu espíritu darte su ilusión y su esperanza, Rafael. Hemos volado contigo, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, poeta.
Agradecido, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
así como tus haikus revolotean sobre tu alma y derramar tu pluma dulce, un arazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias Bea.
EliminarUn abrazo.