martes, 15 de junio de 2010

DESDE EL RINCÓN OSCURO DE MI ALMA




Desde el rincón oscuro de mi alma
elevo una oración hacia lo alto,
al cielo con sus sombras generosas
al lecho que he buscado sin descanso.

Seguía tristemente a las estrellas,
buscando su reflejo paso a paso,
había mil luceros que brillaban
y otros que pasaban como un rayo.

Entonces, del baul de los recuerdos,
llegaban los instantes del pasado,
los unos de alegría y de jolgorio,
los otros de penurias y de llanto.

Quizás por eso miro hacia los cielos,
y busco lo que tanto me han negado
la vida, con los años transcurridos,
la estela de ese norte con su faro.

Soy barco sin patrón ni tripulantes
y llevo mi timón encarenado
sujeto con los besos de la brisa
que envía el fiel nordeste con sus labios.

Por eso me deslizo por los mares,
y siento los suspiros que han dejado,
marinos y sirenas en las noches
unidos fuertemente en un abrazo.

Hay mitos y leyendas que perduran
y otros que perviven en los cuadros,
en páginas perdidas de la historia
y en mentes de poetas y borrachos.

Se busca desde el alma la respuesta,
a tanta interrogante que ha creado,
el hombre preguntando día a día,
el cómo y el por qué, sin saber cuándo.

Sonrío mientras dejo en estos versos
las letras con las huellas de mis trazos,
quizás son esos signos ilegibles
que surgen con el paso de los años.

Deliro, ya lo sé, delira el alma,
surgiendo de su fondo tanto barro,
y elevo la oración hacia los cielos
tratando que perdonen mis pecados.

"...Desde el rincón oscuro de mi alma,
te busco desde el alba hasta el ocaso,
y rezo a ti, mi Dios irreverente
pidiendo que me lleves a tu lado..."

Rafael Sánchez Ortega ©
15/06/10

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