Hoy he mirado tus cartas
y reviví los recuerdos;
hace seis años tan sólo
de aquellos meses eternos.
Fueron minutos de gloria
entre vivencias y sueños,
con tu figura y la mía
de primavera e invierno.
Tú me enseñaste tu casa
y hasta tu vida en silencio,
y me contaste mentiras
con sus verdades y cuentos.
Pero fui siempre consciente,
como esos niños tan buenos,
de la inocencia del alma
que te albergaba por dentro.
Y no dudé ni un instante
de tu cariño sincero,
el que dejaban tus letras
entre suspiros y besos.
Más una tarde cualquiera,
fecha que ya no recuerdo,
tú me dejaste por otro
y te marchaste muy lejos.
Y me quedé entristecido
viendo partir tu velero,
hacia las tierras lejanas
donde te amaban de nuevo.
Y allí acudiste gozosa,
y aquí quedé sin aliento,
con mil preguntas a cuestas
y un gran profundo recelo.
Luego te vi muchas noches,
te saludé con respeto,
y hasta perdí los papeles
como un estúpido lelo.
Me enamoré de tu risa,
me enamoré de tu cuerpo,
me enamoré de tu cara
como un canijo pequeño.
Dicen que sólo los niños
aman así, si están cuerdos,
y de mayores los locos
pierden papeles y nervios.
Yo me encontraba perdido,
y desbocado mi pecho,
iba a su fin galopando
por un profundo desierto.
"...Hoy he mirado tus cartas
llenas de amor y misterio,
mientras fumando me hablabas
y te escribían mis versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/12
Las cartas se convierten en recuerdos, que con el tiempo suelen ser tristes. Una veces por los tiempos felices que ya pasaron, y otras por amores no olvidados.
ResponderEliminarUn bellísimo poema de desamor nos dejas querido Rafael.
Un beso grande en la noche.
Las cartas, Teresa, suelen ser esa parte nuestra en la que vamos reflejando lo que pensamos y sentismos y un día, con el tiempo, volvemos a ellas y sentimos todo eso que describes en tu comentario. (Es algo parecido a la poesía, ¿no crees?...)
ResponderEliminarUn beso en la noche también para ti.
Hoy la nostalgia de estos versos me ha traspasado...
ResponderEliminarMuy hermosos,Rafael.No sé decirte mucho más. Sólo que los sentí.
Mil abrazos.
Las cartas Rafael, son trozos corporizados del pasado, son el pasado mismo en su cristal... es tan cierto que cuando uno mira viejas cartas, revive en su corazón, viejos también, aquellos momentos.
ResponderEliminarUn beso al alma.
ResponderEliminarEsas cartas te han inspirado, un hermoso y doloroso poema de desamor
Volvere a visitarte
Un abrazo
A veces, solo quedan esas cartas para elevar desde el pozo del alma el recuerdo. Esas cartas que nos permanecen anclados a un amor que ya no es y que, quizá, ni siquiera fuera...
ResponderEliminarPrecioso
Abrazos
Hay baúles que a veces pensamos si es conveniente o no abrirlos, los recuerdos si bien son parte nuestra, también son heridas que van cerrando que al hurgarlas vualven a sangrar.
ResponderEliminarGran trabajo Rafael y como siempre, tus rimas impecábles.
Un abrazo
Que buen poema, es increible como puedes relatar una historia, e hilarla completa con versos bellos y bien rimados... te felicito, y buen fin de semana!!!
ResponderEliminarHasta hoy, no puedo entender como es posible fingir amor por alguien sin sentirlo o dejar de amar de la noche a la mañana a quien más nos ama.
ResponderEliminarEn estos tiempos que es cada vez más escaso encontrar un verdadero y honesto sentimiento, es realmente insensato no valorarlo.
Muy sentido poema, Rafael!
Besitos de mariposa.
Unas cartas guardadas de un amor ya pasado. Triste poema de desamor. Besos
ResponderEliminarHay cartas que consuelan pero también hay cartas que duelen.Por eso a veces es mejor romperlas.
ResponderEliminarEl desamor y la tristeza de la ausencia quedan muy bien reflejados en este poema,Rafael.
Saludos.
Gracias Maritza por decirme eso en tu comentario.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Pienso como tú Paula y creo que en esas cartas se esconde algo nuestro, parte de esa intimidad que guardamos celosamente, como si fuera el baúl de los recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz comienzo de semana.
Gracias Lapislaculi por tu visita y comentario. Siempre serás bienvenida.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Es la cara y cruz de las cartas TriniReina, pero eso todos lo sabemos, ¿verdad?...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz comienzo de semana.
Gracias Osvaldo y también pienso de que muchas veces surge la duda de si abrir o no ese baul de los recuerdos, aunque al final, quizás por ser como somos, los abrimos y nos sumimos en una pequeña tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Gracias Patricia, pero quizás es la práctica y el hábito de escribir casi diariamente, no sabría decirte.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Bueno Diana, eso que dices en el comentario, es algo que quizás todos hemos pensado en algún momento, y sin embargo pasa y ocurre, lo vemos cerca y nos lo dicen otros labios. Supongo que algo está fallando en los sentimientos...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Eso ocurre, Alicia, cuando se levanta la alfombra de los recuerdos, ¿no crees?...
ResponderEliminarUn abrazo y feliz comienzo de semana.
Gracias Jerónimo y sí, es cierto, hay cartas que se recuerdan con agrado y otras que duelen, y muchas veces guardamos ambas y cuando, con el tiempo, sacamos una y la releemos, no sé porque motivo siempre nos encontramos con la triste ante nuestros ojos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Rafael,gracias siempre por tu presencia,amigo.
ResponderEliminarLas cartas son vivencias emocionales,que quedan escritas para la eternidad...Me alegro por esas vivencias,que son muestras palpables de vida,regalos de luz y sombra,que nos aportan experiencia y sabiduría.
Mi gratitud y mi abrazo grande.
FELIZ SEMANA,AMIGO.
M.Jesús
Cierto M.Jesús, pienso como tú. Las cartas son esas vivencias que todos hemos tenido en algún momento, aunque siempre las recordemos como "aquellas cartas de nuestra juventud".
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
¡Ahhhhh...!, esas cartas de aquellos años de juventud, amigo Rafael, cuando el cartero venía presto llamando a nuestra puerta para dejarnos tan deseado presente. Esas vivencias no se las lleva el viento, han dejado huellas de tinta, a veces dolientes, pero la mayoría de bellos recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día
FINA
Sí, Fina, esas mismas cartas que muchas veces hemos arrinconado y guardado celosamente. De vez en cuando nos acercamos a ellas, las acariciamos y volvemos a penetrar en sus letras removiendo el poso de paz de nuestras almas.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.