Una flor vi a lo largo del camino,
repetida su imagen muchas veces,
era solo una simple margarita
temblorosa por culpa de la nieve.
Mas arriba lucían las montañas,
descaradas, con cimas muy agrestes,
y en sus faldas el blanco inmaculado
del glacial, con sus hielos desde siempre.
El Señor, desde antaño, de los Alpes,
el guardián de secretos en su vientre,
que de pronto desvela los misterios
que la vida guardó celosamente.
Hay un algo especial en las montañas
que subyuga, aprisiona y enardece,
y a las almas las llena y las transforma
en la estampa de paz que les transfiere.
No es extraño charlar con montañeros
y notar en sus cuerpos lo que sienten,
a través de paseos y sus gestas
que las narran haciendo estremecerte.
Es oír viejos cuentos, que a los niños,
les contaban sus padres cada viernes
como premio a trabajos de la escuela,
y a las notas sagradas de los jueves.
Más no quiero olvidar a las montañas
ni a la hermosa locura que contienen,
ni tampoco a la flor que temblorosa,
a mi vista animaba dulcemente.
Fue una flor, una humilde margarita,
quien dejó un susurro entre mis sienes,
un suspiro con lagos y barrancos
y montañas nevadas simplemente.
Rafael Sánchez Ortega ©
Zernez, 10/09/12
Sencillo y emotivo homenaje a las hermosas montañas y a la frágil margarita.
ResponderEliminarMuy tierno, como todo lo q escribes, Rafael.
Un abrazo fuerte.
La flor es esencia que deja huella, como tus versos, escritos con sensibilidad, exquesitez y hermosura.
ResponderEliminarUn beso, Rafael.
Yo no soy montañera, pero sí me gusta la libertad que se respira al aire libre, y me encanta “perderme” en el monte para contagiarme de esa serenidad, y ya no te digo nada si es primavera, o mejor otoño.
ResponderEliminarHe deshojado la margarita de tu poema, y me dice que sí, que sí me gustan tus letras... pero eso, ya lo sabía.
Un beso grande Rafael.
Una flor, una simple margarita, puede a veces inspirarnos y darnos el aliento necesario del día, evocarnos tantas emociones y sentimientos, transmitirnos de su esencia vegetal, regenerar nuestra alma, por el simple placer de la contemplación, tan olvidado hoy en día...
ResponderEliminarMuy hermoso,Rafael.
Abrazo grande!
Una linda y sonriente margarita posa hoy en tus cálidas lineas, es así como muchas veces, tan apacible armonía se mece en la memoria.
ResponderEliminarTodo lo que tocan tus palabras se vuelve mágico.
Besos de Mariposa. இڿڰۣ-ڰۣ—Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Sí, ohma, eso es lo que intento con mis letras. Simplemente transmitir lo que veo, lo que pienso y en este caso algo tan sencillo como esa margarita que vi tantas veces a lo largo del descenso, en esa tarde.
ResponderEliminarUn abrazo para ti en esta tarde.
Siempre deberíamos tener una flor en nuestros corazones María, ¿no crees?. Quizás así la vida fuera diferente y también nuestras sonrisas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si me dices que te gusta "perderte" en el monte Teresa, entonces amas la naturaleza y da igual ser montañero ó no, porque vives esos estallidos en primavera, ese remanso de paz en verano, esa alfombra dorada en otoño y ese vacío silencioso del invierno que la nieve se encarga de rellenar.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de que has deshojado la margarita y te ha dicho que sí, que te gustan mis letras, simplemente decirte que me alegro por ello y que sonrío.
Un beso grande también para ti.
Sí, Maritza, todo eso puede hacer la contemplación de una margarita y el acto posterior de intentar llevar su imagen al cuaderno mediante unos versos. Tú lo haces con tus pinceles y te quedan maravillosas, así que disfrutemos cada uno con nuestros trabajos y compartamos con todos lo que captan nuestros ojos.
ResponderEliminarUn abrazo intenso en esta tarde.
Antes tocó a una margarita Diana, ayer fue a una mariposa, y mañana no lo sé, pero intentaré que mis letras reflejen un trocito de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde.
es que en la sencillez de la margarita se guardan los te quiero ilusionados
ResponderEliminarcada pétalo es un paso hacia adelante
hermoso recorrido por la natura Rafael
abrazo y buena semana
Cierto Elisa, no puedo dejar de estar de acuerdo con tu comentario porque así es, tal y como lo dices.
ResponderEliminarUn abrazo para ti en esta tarde.
Has pintado un buen paisaje con tus versos y una margarita que no le teme a la nieve.
ResponderEliminarBuen poema Rafaél.
Un abrazo
Gracias Osvaldo, pero fue lo que vi aquella tarde bajando de la montaña.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si pudiese llegar a ese Paraíso perdido en la memoria.. Este sería el lugar...
ResponderEliminarAmo estar entre tus letras ... las que dan vida a tus poemas... Y circundan mis sentires...
Precioso poema.. Divinos cánticos líricos que se convierten en magia...
Felicitaciones Maestro..
Tus papiros se han convertido en una necesidad ...
Me deslizaré silenciosa sobre el mar de tus vertientes.
Y navegaré por esos ríos de agua dulce que desembocan en cada sentimiento compartido...
Gracias por tu comentario India Rebelde, espero que mis letras te puedan dar la paz y tranquilidad que dices.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Que precioso escribes y hoy me sensiblizas con tus creaciones. Vivo a los pies de la montaña, la cordillera de los andes, que es mi escenario bello cada mañana, con su blanca nieve que la decora. Realmente leer tus poesía es un privilegio. Un abrazo.
ResponderEliminarVivir con los Andes a tu lado debe ser algo maravilloso. Yo tengo el privilegio de hacerlo en un lugar más modesto, con el mar al lado, y detrás, a pocos kilómetros, el macizo de los Picos de Europa, que ya empieza a tener sus cumbres nevadas.
ResponderEliminarMe alegra de que te gusten mis poemas Patricia y agradezco profundamente tu comentario.
Un abrazo y feliz día.