Se han quedado los hombres llorando
sin la voz, la alegría y la risa,
pero siempre estará en su recuerdo
unos ojos de miel que acarician.
La caricia y susurro del alma
y la voz tan serena y tan linda,
que animaba a lavarse temprano
para ir al colegio y a misa.
Son momentos lejanos y ausentes,
son instantes del tiempo y la vida,
detenido quizá, en el recuerdo,
con nostalgias de paz y sonrisas.
Pero el mundo no sabe de ciclos
y atesora carencias y envidias,
y a los hombres confunde y envuelve
con la malla sutil de la ira.
Y así nacen, sin más, las peleas
con las dudas, los celos y riñas,
y al final desemboca en batallas
sin saber si es verdad ó mentira.
Y tal vez, una tarde de otoño,
cuando sople ligera la brisa,
cuando vayan llegando las nieves,
una luz llegue al fin a la vida.
Un suspiro que baje del cielo
y que alivie las penas y heridas,
y una mano de nieve que venga
a curar la pasión enfermiza.
Porque el hombre nacido del hombre
unos ojos de miel necesita,
esos ojos y atenta mirada
de la madre tan fiel que le cuida.
Rafael Sánchez Ortega ©
Zernez, 13/09/12
Rafael, este poema está lleno de tristeza y a la vez de vida.
ResponderEliminarSi, la vida tiene tristezas y negarlo no conduce a nada.
Las envidias, las malas lenguas, las injusticias, todo ello nos duele, loo padecemos y también, conscientes o no, también nos involucramos en ello.
También a mi me pasa que añoro enormemente el cobijo de mi madre cuando me toca apretar los dientes y llorar.
Hermoso poema, mucho...
Besos
Sí, Verónica, es casi imposible que los versos no lleven un deje de tristeza, pero también con la esperanza puesta en la vida. Supongo que eso nos pasa a todos y que sentimos esa añoranza de ese "alguien" que ha tenido influencia en nuestras vidas.
ResponderEliminarBesos para ti en este día.
Tu poema me lleva a ese momento de madurez, en que el hombre es consciente del desencanto de la vida,de la incomunicación,el desencuentro y el tiempo que se pasa...repitiendo las mismas historias...El hombre enfría su corazón y necesita "la mano del cielo"que lo llene de amor,de confianza y de fé para seguir creyendo en la vida...Esa oración asciende y llega,Rafael.
ResponderEliminarNuestra alma recibe la caricia y el beso para seguir llorando y riendo,para seguir aprendiendo...porque aún estamos en camino...
Mi gratitud por compartir y mi abrazo grande,poeta.
FELIZ FIN DE SEMANA,AMIGO.
M.Jesús
Un hermoso poema Rafael. Mi madre aún vive, pero ella perdió a la suya cuando tenía 9 años. Aún con el paso de los años seguió llorando su ausencia, sobre todo cuando volvía al pueblo. Era mujer dulce, lo contrario que su padre.
ResponderEliminarUn beso.
Nuevamente estoy de acuerdo con tu comentario M.Jesús. Me alegro de que te gusten mis versos y veas en ellos ese transfondo que toda poesía lleva encerrada.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Las lágrimas Teresa son muchas veces inevitables y hay personas que las exteriorizan y otras las interiorizan. Particularmente soy "de lágrima fácil" y no me avergüenzo de ello. Quizás es algo inherente a mi sensibilidad, pero cada uno tiene su propia personalidad.
ResponderEliminarUn beso en la tarde.
Ojos de miel,mirada que no deja de acariciar,amor incondicional,los ojos de una madre.
ResponderEliminarHermoso texto,un homenaje para quien siempre está y estará con nosotros.
Un cordial saludo.
son increíbles las cosas que se recuerdan de las madres... yo me acuerdo que la mía siempre tenía las manos frías y ocupadas en algo, siempre con olor a cloro!!!!!
ResponderEliminarpienso, qué recordarán mis hijos de mi????
Gracias América por tu visita y comentario. Esa esencia he tratado de reflejar en el poema.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Recordamos muchas cosas de nuestras madres la quiltra y seguro que nuestros hijos también recordarán cosas y detalle que ahora mismo puede que parezcan insignificantes.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Las mamás somos únicas. Muy cierto... Con ese amor infinito que comienza desde el embarazo... Gracias amigo por darnos este poema... Lo hago mío también. Un beso para ti. Escribes tan hermoso.
ResponderEliminarLa madres sois algo maravilloso Patricia y los hombres os deberíamos valorar mucho más por esa doble condición de mujeres y madres. El amor, como bien dices, ó mejor dicho, "un nuevo amor comienza con vosotras, desde el embarazo", y nosotros, muchas veces, no nos damos cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.