Miré la vieja cara entristecida
y me volví sabiendo su lamento,
estaba contemplando la distancia
y el viento removía sus cabellos.
No sé lo que pensaba su cabeza,
tan sólo que tenía sufrimientos,
dolores combinados con nostalgia
en cóctel explosivo y nada bueno.
De pronto se produjo la galerna,
sollozos que llegaron del infierno,
las lágrimas brotaron de sus ojos
bajando por la cara hasta su cuello.
Sentí que las carencias de las almas
clamaban y pedían a los cielos,
la paz tan necesaria y el descanso
y el grito desgarrado del silencio.
Miré la vieja cara conocida
y me encontré sumido en los recuerdos,
era la luz que siempre me llegaba
desde el rincón sombrío del espejo.
Era mi propia cara ya arrugada,
producto de los años y del tiempo,
buscando con pasión en el cristal
el beso y el abrazo tan eterno.
De nuevo suspiraron las pupilas
sacando mil sollozos de los sueños,
la rabia tanto tiempo contenida
surgía como lava desde el pecho.
Llegaron las rapaces a mi lado,
en busca del despojo y de los huesos,
y entonces sonreí mientras querían
el débil corazón que estaba enfermo.
"...No llores corazón y nada temas,
tú tienes el abrazo de mi seno,
la lira de mis versos son latidos
y el beso de la brisa tu consuelo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/12
y me volví sabiendo su lamento,
estaba contemplando la distancia
y el viento removía sus cabellos.
No sé lo que pensaba su cabeza,
tan sólo que tenía sufrimientos,
dolores combinados con nostalgia
en cóctel explosivo y nada bueno.
De pronto se produjo la galerna,
sollozos que llegaron del infierno,
las lágrimas brotaron de sus ojos
bajando por la cara hasta su cuello.
Sentí que las carencias de las almas
clamaban y pedían a los cielos,
la paz tan necesaria y el descanso
y el grito desgarrado del silencio.
Miré la vieja cara conocida
y me encontré sumido en los recuerdos,
era la luz que siempre me llegaba
desde el rincón sombrío del espejo.
Era mi propia cara ya arrugada,
producto de los años y del tiempo,
buscando con pasión en el cristal
el beso y el abrazo tan eterno.
De nuevo suspiraron las pupilas
sacando mil sollozos de los sueños,
la rabia tanto tiempo contenida
surgía como lava desde el pecho.
Llegaron las rapaces a mi lado,
en busca del despojo y de los huesos,
y entonces sonreí mientras querían
el débil corazón que estaba enfermo.
"...No llores corazón y nada temas,
tú tienes el abrazo de mi seno,
la lira de mis versos son latidos
y el beso de la brisa tu consuelo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/10/12
Esa imagen del espejo, ajada, entristecida, llamando a la puerta(nuestro yo). Hoy nos dejas un poema, para mí, lleno de profundidad que invita a reflexionar.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo poeta
FINA
Seguro que con las palabras de tu última estrofa ha parado de llorar.
ResponderEliminarBesos.
Sí, Fina, no todos los días hay alegría y sonrisa en los labios, pero supongo que eso nos pasa a todos y por diversos motivos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Gracias Ohma, hay veces en que se debe buscar la luz entre las lágrimas.
ResponderEliminarBesos y feliz día.
Cada vez que nos miramos al espejo, vemos que van pasando los años pero sonreimos porque estamos vivos. Abrazos
ResponderEliminarParece un escrito a partir de alguna vivencia onírica,Rafael...pero como sea, es muy impactante y profundo, reflexivo e introspectivo.
ResponderEliminarEstas lecturas o textos versados son necesarias de vez en cuando para evaluarnos...si, y también para percibir que todos somos iguales, que no hay uno más grande y otro más pequeño, y que nuestras tristezas y alegrías o experiencias variadas en la vida tienen semejanza porque somos hechos todos de la misma naturaleza y material...el humano.
Mil besos,Rafael!
Felicidades siempre.
Sí, Alicia, solemos hacer eso y vamos dejando pasar los días uno a uno.
ResponderEliminarAbrazos y feliz tarde.
Fragmentos o retales tomados aquí y allí Maritza, solo eso, pero seguro que es ni más ni menos lo que todos, en un momento ú otro, hemos sentido.
ResponderEliminarMil besos también para ti querida amiga.
con este poema creo que te luciste!!! me encantaron las imágenes... creo que con la vejez somos capaces de fijar la mirada en un punto cualquiera y volar hacia todos los recuerdos... cuando llega la muerte hay que tener las cosas claras o por lo menos la deuda pagada...
ResponderEliminarFuertes versos Rafael. A veces uno vé en el espejo lo que quiere ver, sonríele burlándote de él.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
Qué importa las arrugas del cuerpo, cuando la piel del alma sigue jovial y lozana! y es lo que realmente cuenta.
ResponderEliminarBella composición, Rafael!
Abrazos alados y linda semana.
Haces con tus versos un relato de vida, de momentos tristes y oscuros que calaron dentro. Profundo, reflexivo e impregnados de una bella melancolía.
ResponderEliminar¡Mi felicitación Rafael!
Un cálido abrazo
Me alegro de que pudiera expresarme tal y como dices, la quiltra. No era fácil el intento, aunque muchos autores lo han conseguido merced a su facilidad y experiencia para poder plasmar esos reflejos.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Quizás eso tengamos que hacer Osvaldo, ver "lo que queramos ver", y no preocuparnos tanto de la realidad, aunque no podamos escapar de ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las arrugas del cuerpo importan poco antes las arrugas del alma Diana, y a estas últimas si hay que prestar atención.
ResponderEliminarAbrazos en la noche.
Gracias Sneyder por ver así mis versos. Modestamente es lo que he tratado de intentar. Me alegra de que los veas de ese modo.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Hola, Rafael:
ResponderEliminarEl espejo nos muestra las arrugas, pero no sabe lo que guarda nuestro joven corazón.
Un abrazo.
Hermosa poesía, Rafael. Hay que cuidar al corazón de las rapaces. La poesía es una buena manera, porque alimenta nuestro corazón sensible.
ResponderEliminarUn abrazo!
Sí, Rafael, el corazón nos puede mostrar las arrugas de la cara, pero no las del corazón.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Quizás eso hacemos los poetas Ana, ¿no crees?...
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Un poema impresionante,un encuentro con uno mismo con su cuerpo y su alma...Y un abrazo final,cálido y esperanzado...
ResponderEliminarMi felicitación por la sencillez y humildad,que traslucen tus versos...
Mi abrazo por la grandeza interior,que no puedes ocultar...sonrío.
M.Jesús
Tú también escribes así, M.Jesús, no lo dudes, y muchos de los compañeros que sigo. Cada uno con su estilo, con su manera de expresarse, pero poniendo el alma y corazón en sus letras y dejando en ellas una gran parta de esa sensibilidad que guardáis celosamente.
ResponderEliminarUn abrazo y mi sonrisa en este día.