(A Pilar Iglesias Álvarez, autora del poema
de la obra obligada del XLVI Certamen de la
Canción Marinera: "Tu mano").
***
Es posible que callen las gargantas
reteniendo en el pecho los gemidos,
y que sople la brisa del nordeste
removiendo a los juncos y a los lirios.
Pero queda el silencio en las entrañas
y un dolor fuertemente retenido,
como ocurre al abrazo de los vientos
que, al final, se convierten en suspiros.
Es posible que nunca te preguntes
por el tiempo pasado y sus peligros,
ni recuerdes los labios temblorosos
que buscaron los tuyos junto al río.
Pero queda en el alma una campana,
la llamada conciencia de los niños,
que jugaron, quizás, a ser mayores
y rimaron sus versos infinitos.
Es posible que ya ni le recuerdes,
era un hombre de aspecto tan sencillo,
que pasó por tu lado una mañana
y alteró gravemente tus sentidos.
Pero deja que yo te lo refresque
y describa su imagen con sigilo,
era un joven con pinta de poeta
y en su mano llevaba varios libros.
Es posible que ahora te despiertes
y que sepas, con esto, lo que digo,
porque el verde turquesa de sus ojos
te causó sensación por aquel signo.
Pero pronto sus pasos se perdieron
a lo largo y lo ancho del camino,
ya que era, sin más, una amapola
en un sueño, sin duda, peregrino.
Es posible que empieces la jornada
y atrás dejes los sueños y el olvido,
y también las lagunas, tan antiguas,
alumbrando sus aguas con los cirios.
Pero aquella que el pecho suspiraba,
la que guardas con nombre y apellidos,
la laguna silente de tus sueños
seguirá, para siempre, su destino.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/13
de la obra obligada del XLVI Certamen de la
Canción Marinera: "Tu mano").
***
Es posible que callen las gargantas
reteniendo en el pecho los gemidos,
y que sople la brisa del nordeste
removiendo a los juncos y a los lirios.
Pero queda el silencio en las entrañas
y un dolor fuertemente retenido,
como ocurre al abrazo de los vientos
que, al final, se convierten en suspiros.
Es posible que nunca te preguntes
por el tiempo pasado y sus peligros,
ni recuerdes los labios temblorosos
que buscaron los tuyos junto al río.
Pero queda en el alma una campana,
la llamada conciencia de los niños,
que jugaron, quizás, a ser mayores
y rimaron sus versos infinitos.
Es posible que ya ni le recuerdes,
era un hombre de aspecto tan sencillo,
que pasó por tu lado una mañana
y alteró gravemente tus sentidos.
Pero deja que yo te lo refresque
y describa su imagen con sigilo,
era un joven con pinta de poeta
y en su mano llevaba varios libros.
Es posible que ahora te despiertes
y que sepas, con esto, lo que digo,
porque el verde turquesa de sus ojos
te causó sensación por aquel signo.
Pero pronto sus pasos se perdieron
a lo largo y lo ancho del camino,
ya que era, sin más, una amapola
en un sueño, sin duda, peregrino.
Es posible que empieces la jornada
y atrás dejes los sueños y el olvido,
y también las lagunas, tan antiguas,
alumbrando sus aguas con los cirios.
Pero aquella que el pecho suspiraba,
la que guardas con nombre y apellidos,
la laguna silente de tus sueños
seguirá, para siempre, su destino.
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/13
hermoso poema dedicado Rafael
ResponderEliminarespero que lo lea y lo disfrute como lo hacemos quienes te leemos
felicitaciones
abrazos
Gracias Elisa y sí, es un poema dedicado a una autora que ha realizado un excelente trabajo en ese Certamen que hemos tenido.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día querida amiga.
Muy bello Rafael.
ResponderEliminarBesos
Gracias Anna.
EliminarUn beso y linda tarde.
Que bello poema una linda y rica experiencia leerte.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Ramona.
EliminarUn abrazo en la noche.
Hermosos estos versos dedicados recordando aquel primer encuentro, el mismo que posiblemente nunca olvide.
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
Gracias Jerónimo y como bien dices hay momentos que no se olvidan.
EliminarUn abrazo en la noche.
Bello poema, Rafael. Me gusta como narra sus recuerdos del pasado hasta llegar al ahora, al presente. Escrito siempre es un destino posible.
ResponderEliminarUn beso
Me alegro de que te guste mi manera de escribir Mónica, en este recorrido por los recuerdos.
EliminarUn beso en la noche.
Me perdí entre tus sueños y mis sueños entre la jornada que bello que homenaje tan lindo de verdad siempre rozando el alma amigo, un abrazo desde mi brillo del mar, que Dios te bendiga, desde mi brillo del mar
ResponderEliminarNunca te faltan palabras, ni belleza...
ResponderEliminarUn beso.
Qué orgullosa debe estar Pilar.
ResponderEliminarFelicitaciones.
Un abrazo.
HD
Ha sido una pequeña muestra de lo que merece por su aportación al Certamen, Humberto. ¡Ojalá pronto podamos admirar sus poemas...!
EliminarUn abrazo y gracias por tu visita y comentario.