¿De qué vale llamar a tantas puertas
si las mismas responden con silencios
y si el canto del cuco no se escucha,
en la noche, dejando sus arpegios?
¿De qué sirve la música latente
que anuncia las cadenas y el infierno,
si ya sabes y tienes la condena
que te aplican, acaso, como premio?
Es muy triste llamar sin ser oído
y más triste saber que sí te oyeron;
que taparon los polos auditivos
confundiendo tus gritos con el viento.
Pero puedes sentirte renovado
tras llamar y llorar con tanto ruego,
confiabas sin duda en los amigos,
y en sus brazos, palabras y sus besos.
Se quedaron los mares sin las olas
y también sin arena los desiertos,
y hasta el ave que vuela por las cumbres
se quedó planeando por el suelo.
Hay escenas que son irrepetibles
y lugares que esconden mil secretos,
pero tú, corazón enamorado,
sabes bien lo que gritan los deseos.
Y por eso te vuelves a la infancia
a ese hermoso rincón del pensamiento,
donde todo era blanco y reluciente
y el abrazo surgía tan sincero.
Y hasta allí te deslizas con tus lágrimas,
esas perlas de lluvia que son versos,
y transformas sus gotas en mil letras
y en poemas que ahogan sentimientos.
"...¿De qué vale llamar a tantas puertas
si no hay nadie que atienda tus anhelos?
(te decías con voz entrecortada
entre llantos, susurros y te quieros)..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
si las mismas responden con silencios
y si el canto del cuco no se escucha,
en la noche, dejando sus arpegios?
¿De qué sirve la música latente
que anuncia las cadenas y el infierno,
si ya sabes y tienes la condena
que te aplican, acaso, como premio?
Es muy triste llamar sin ser oído
y más triste saber que sí te oyeron;
que taparon los polos auditivos
confundiendo tus gritos con el viento.
Pero puedes sentirte renovado
tras llamar y llorar con tanto ruego,
confiabas sin duda en los amigos,
y en sus brazos, palabras y sus besos.
Se quedaron los mares sin las olas
y también sin arena los desiertos,
y hasta el ave que vuela por las cumbres
se quedó planeando por el suelo.
Hay escenas que son irrepetibles
y lugares que esconden mil secretos,
pero tú, corazón enamorado,
sabes bien lo que gritan los deseos.
Y por eso te vuelves a la infancia
a ese hermoso rincón del pensamiento,
donde todo era blanco y reluciente
y el abrazo surgía tan sincero.
Y hasta allí te deslizas con tus lágrimas,
esas perlas de lluvia que son versos,
y transformas sus gotas en mil letras
y en poemas que ahogan sentimientos.
"...¿De qué vale llamar a tantas puertas
si no hay nadie que atienda tus anhelos?
(te decías con voz entrecortada
entre llantos, susurros y te quieros)..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/14
uuuff e legó alama lagunos de esos versos lo he vivido y yo digo igual de que vale la pena uufffffy hablas solo para aliviar tu alma , muy sentido tu poema con bellas y dulces melodías me encantó!!!! un abrazo grande desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
Que lindo escribe nuestro niño interno!!!
ResponderEliminarNada como la inocencia y sueños de un menor que comienza a conocer el mundo!!!!
Y mejor aún es que dejemos vivir ese niño en nuestro ser adulto ya que el nos ayuda a equilibrar momentos duros.
Un abrazo amigo, que descanses!!!
Es como dices Paty, porque en esa inocencia está el balbuceo de la visión infantil de un mundo utópico.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
A veces no sirve de nada...
ResponderEliminarQuizá es que hay que llamar en otro lugar...
Beso, Rafael.
Dices bien Pamela y es cierto de que a veces no sirve de nada.
EliminarUn beso.
Un bello aire melancolico tiene tu poema de hoy. Pero como dicen si las puertas no se abren, siempre quedan las ventanas.
ResponderEliminarUn abrazote
Cierto Natalia, pero bueno, siempre quedan las ventanas, como bien dices.
EliminarUn abrazo.
Hola Rafael: Quedo maravillada por tus poemas tan sentidos y cada día uno más bello que otro, y admirada por la fuente de inspiración, rondando siempre en el amor. Mis felicitaciones amigo!! Buenas noches y lindo comienzo del día. Un gran abrazo!
ResponderEliminarMe alegra de que así lo veas Mercedes.
EliminarUn abrazo y que tengas un lindo jueves.
Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero a menudo vemos tanto tiempo y con tanta tristeza la puerta que se cierra que no notamos la otra que se ha abierto para nosotros.
ResponderEliminarCariños…
Suele suceder tal y como dices Oriana y soy consciente de lo que dices.
EliminarUn abrazo y el deseo de que tengas un lindo día.
Se puede llamar constantemente a una puerta, pero si el cuco, no quiere abrirla, desiste...me encantan los cucos Rafael, de hecho tengo hasta un reloj antiguo en la cocina, y todos los días me abre la puerta y me canta, jejeje....
ResponderEliminarUn abrazo Rafael.
¿Ves...? Me alegro de que ese simple detalle del cuco te haya sacado una sonrisa Carmen.
EliminarUn abrazo y feliz día.
En apariencia y en la memoria la infancia es pura, en la realidad no tanto.
ResponderEliminarDe todas formas me quedo con lo primero Julito, aunque sea rizar el rizo.
EliminarUn abrazo.
He ido leyendo uno a uno los comentarios de los amigos de este maravilloso blog de poemas y veo que nadie le da por pensar que la culpa del silencio que le parece encontrar ... la tiene ese niño no tan niño que quiza olvida él... el verdadero amor que a veces dejamos escapar por culpa nuestra ...yo si lo he pensado
ResponderEliminarRafael un abrazo
Marina
Bueno Marina, ya sabes que esa parte la solemos pasar por alto, precisamente porque somos adultos, y nos olvidamos de "ese niño" que citas en tu comentario.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
Encerraré la vida en una jaula de puertas abiertas, solo seré palabras, abrazos…
ResponderEliminarCorrí tras nuevos amaneceres, porque el amor no vale sin tormentas, sin tempestades, es un sol hecho de llamas y en los soles, no cuaja la nieve. Desperté sobre tu playa, para que alejes el frío de mi alma.
“Pero puedes sentirte renovado,
tras llamar y llorar con tanto ruego,
confiabas sin duda en los amigos,
palabras y sus abrazos”.
Dejemos las puertas abiertas Rafa.
Un beso grande..
Gracias Lore. Dejemos las puertas abiertas querida amiga, como bien dices.
EliminarUn beso en la tarde.
que bonito texto
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario Sarsillo.
EliminarUn saludo.
Los ecos de nuestras palabras, ahogadas por remolinos y de espaldas a portones infranqueables, casi siempre arriban a una orilla, donde a alguien llega su susurro en forma de llovizna,
ResponderEliminarfelicidades por el poema,
un abrazo.
Gracias por tus palabras Juan.
EliminarUn abrazo en la tarde.
puertas ventanas blogs todo es lo mismo
ResponderEliminarpor eso ya solo visito acotados sitios
me aburrí de dejar huellas por tantos lados
los niños crecieron y desarrollaron su esencia humana , que tiene sombras y luces por toneladas
los niños de ayer son los tiranos de ahora
;)
buena jornada
abrazos
Sé que tienes razón Ely y me ha pasado lo mismo, por eso ahora soy más selectivo.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
"...y más triste saber que sí te oyeron". Grande frase, querido Rafael.
ResponderEliminarUn abrazuco muy largo.
Gracias a ti por tus letras galleguiña.
EliminarUn "abrazuco" especial en esta tarde.
Nos quedan las puertas que si se abren, menos son siempre más.
ResponderEliminarPoco pero bueno Rafael.
Un abrazo y mi admiración de siempre.
Gracias sinceras por tu comentario América.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
Bueno, sirve para sacar conclusiones y atesorar experiencias... pero la experiencia es la suma del pasado y del presente... y a veces uno siente el anhelo de la niñez si ella fue feliz... esa puerta del hogar de niños, de familia, que siempre estaba y estará abierta.
ResponderEliminarExcelente poesía...
Un abrazo.
Tienes razón en tu comentario Impersonem, por eso poco puedo añadir.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Habría mucho que decir de este poema en cuanto al tema."Llamar a una puerta" cuando interesa lo que hay detrás,es lo que se debe hacer sin temor, sin prejuicio, y, si nadie responde, habrás dejado un regalo. Regalar siempre es algo que sienta bien.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafa
Gracias por tu visita y comentario Fanny.
EliminarUn abrazo.