El fuego amenazaba las montañas
y me obligó a bajar hasta mi aldea,
las casas solitarias, sus portillas,
pinturas surrealistas de un asceta.
A salvo, en el portón de la morada,
veía en las laderas las hogueras,
el fuego que avanzaba lentamente
cambiando los paisajes por tragedias.
Hay manos asesinas e incendiarias
que esconden su valor entre las piernas,
quizás porque no saben el trabajo
que cuesta conservar naturalezas.
Admiro, como tú, los robledales,
las hayas singulares y bien puestas,
encinas que nos llevan al pasado
surgiendo, con valor, en las praderas.
Mas llega la cerilla tentadora
en manos del cobarde que la ostenta,
y prende los zarzales de los montes
huyendo, por si acaso, de la quema.
Yo sé que las versiones son distintas
y habrá quien, en algunas, les defienda,
culpando a los políticos de turno
y en otras, sin razón, a las tormentas.
Lo cierto es que el incendio está aquí, al lado,
que llega hasta las casas, y a sus puertas
se miran los vecinos presurosos
tratando de salvar sus pertenencias.
El cuadro, tan dantesco, se propaga
y acaba con recortes en la prensa,
mañana sonarán, en muchas voces,
los gritos y los actos de protesta.
"...El fuego, corazón, quien lo propaga,
no sabe de caricias ni poemas,
si acaso de pasiones irascibles,
en mentes, de perfil, calenturientas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/15
y me obligó a bajar hasta mi aldea,
las casas solitarias, sus portillas,
pinturas surrealistas de un asceta.
A salvo, en el portón de la morada,
veía en las laderas las hogueras,
el fuego que avanzaba lentamente
cambiando los paisajes por tragedias.
Hay manos asesinas e incendiarias
que esconden su valor entre las piernas,
quizás porque no saben el trabajo
que cuesta conservar naturalezas.
Admiro, como tú, los robledales,
las hayas singulares y bien puestas,
encinas que nos llevan al pasado
surgiendo, con valor, en las praderas.
Mas llega la cerilla tentadora
en manos del cobarde que la ostenta,
y prende los zarzales de los montes
huyendo, por si acaso, de la quema.
Yo sé que las versiones son distintas
y habrá quien, en algunas, les defienda,
culpando a los políticos de turno
y en otras, sin razón, a las tormentas.
Lo cierto es que el incendio está aquí, al lado,
que llega hasta las casas, y a sus puertas
se miran los vecinos presurosos
tratando de salvar sus pertenencias.
El cuadro, tan dantesco, se propaga
y acaba con recortes en la prensa,
mañana sonarán, en muchas voces,
los gritos y los actos de protesta.
"...El fuego, corazón, quien lo propaga,
no sabe de caricias ni poemas,
si acaso de pasiones irascibles,
en mentes, de perfil, calenturientas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/15
Estos versos relatan lo acaecido con veracidad absoluta.
ResponderEliminarEn la vida por desgracia tenemos que ver y padecer estos hechos.
Un abrazo Amigo.
Así es, Efe.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Leí en las redes sociales, que justamente con l ley aprobada del gobierno sobre este tipo de aberración que ayuda a los canallas que no aman la naturaleza, que disponen de terrenos que les remunera ganancias y que la Administración no ha hecho nada por su conservación, porque el dueño sólo pretende que no le cobren por tenerlo y, recibir a cambio un dinero por el mantnimiento del mismo, pues procura este tipo de tragedias al entorno, para poder conseguir otros beneficios. Será coincidencia, pero este incencio tiene que ser provocado pues ocurre al siguiente día de ser aprobada la ley de "tierra quemada" del actual gobierno.
ResponderEliminarPienso como tú, Elisa. Y por desgracias es tal y como dices.
EliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Nunca leí una denuncia contra los pirómanos tan poética y tan cargada de razón como esta que has escrito Rafael.
ResponderEliminarDesgraciadamente, como dices, existe gente que justifica esos atentados contra la naturaleza de forma ciega y vil (pastos, madera barata, etc.)... es una lacra que se repite... ¿cómo conseguir atajarlo? No lo sé, pero es urgente buscar soluciones...
A pesar de la tragedia que describe, es magnífico tu poema.
Abrazo.
Gracias por tus palabras, Impersonem. Es cierto que padecemos esa desgracia y lo triste es que también sea ahora, en invierno, cuando no existe ninguna justificación para ello.
EliminarUn abrazo en la tarde.
El dinero y la locura se disputan el sacrificio de la vida, de la tierra y las lágrimas de muchos ..
ResponderEliminarHermoso poema, lástima que sea por esta causa tan injustificada, como otras
abrazos
Sí, María, sucede muchas veces, por desgracia.
EliminarAbrazos y un feliz fin de semana.
El mundo está plagado de desaprensivos que solo necesitan hacer el mal.
ResponderEliminarEs su naturaleza.
Por desgracia así es, Tecla.
EliminarUn abrazo.
El pirómano insensato, que no sabe de amor hacia la madre naturaleza. Una pena de actos y una belleza tus versos denunciando tal agresión.
ResponderEliminarMil besitos, Rafael.
Gracias por tus palabras, Auroratris.
Eliminar"Mil besitos" en la noche.
Precisamente, muy cerca de aquí, tenemos un grave incendio que ya lleva ocho días y ha consumido gran parte de los bosques nativos. Los fuertes vientos no han permitido controlarlo.
ResponderEliminarAbrazos.
En todas partes ocurre, Rafael. Lo malo es que aquí suele ser por gente "desaprensiva" y pirómanos, ya que ahora mismo estamos en invierno.
EliminarUn abrazo.
UUufff una denuncia profunda y poética en tus versos verdades como un templo y luego tanta indolencia !!! , me molestó el tma de Asturias porque los medios abocados al tema de las elecciones y la Asturias en llamas y luego esta gente es criminal !!!, te quedó excelente !!! un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarEs que han sido las dos comunidades más afectadas Bea, y el fuego sigue todavía en Cantabria.
EliminarUn abrazo en la noche.