Tengo miedo a mirar en los cajones
y encontrar fantasías indiscretas,
mariposas danzando en el vacío
en un vals que recogen las mareas.
Pero el miedo, tan cruel e irreverente,
es el néctar que corre por las venas,
es la sangre que vibra, acelerada,
y es la lava que baja en la ladera.
Hay recuerdos que quedan olvidados
como lazos prendidos de un cometa,
que se eleva gozoso hacia los cielos
y atrás deja sus flecos en la arena.
Y el cajón, tan preciso del que hablo,
ese mueble del alma del que sueña,
no precisa de llaves y candados
porque sigue vigente en la alacena.
Tengo miedo, decía aquella tarde,
a vivir esa parte del poema,
donde debo enfrentarme ante tus ojos
y expresar, sin palabras, lo que piensan.
Porque el miedo es sinónimo de frío
y agudiza temblores y tristezas,
y hasta encoge las almas más valientes
despertando la duda en la conciencia.
Pero debo buscar entre la bruma
esa voz que me llama y que me alienta,
y también a la mano seductora
que acaricie, la mía, con presteza.
Es el viento, dirán en los marjales,
es el eco que vuelve en la galerna,
pero el miedo latente, en mi costado,
seguirá en un cajón su duermevela.
"...Tengo miedo a la vida que prosigue
y a vivir peregrino de unas huellas,
aunque sé que mi norte está a tu lado,
corazón que me abrazas y me aneas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/12/15
y encontrar fantasías indiscretas,
mariposas danzando en el vacío
en un vals que recogen las mareas.
Pero el miedo, tan cruel e irreverente,
es el néctar que corre por las venas,
es la sangre que vibra, acelerada,
y es la lava que baja en la ladera.
Hay recuerdos que quedan olvidados
como lazos prendidos de un cometa,
que se eleva gozoso hacia los cielos
y atrás deja sus flecos en la arena.
Y el cajón, tan preciso del que hablo,
ese mueble del alma del que sueña,
no precisa de llaves y candados
porque sigue vigente en la alacena.
Tengo miedo, decía aquella tarde,
a vivir esa parte del poema,
donde debo enfrentarme ante tus ojos
y expresar, sin palabras, lo que piensan.
Porque el miedo es sinónimo de frío
y agudiza temblores y tristezas,
y hasta encoge las almas más valientes
despertando la duda en la conciencia.
Pero debo buscar entre la bruma
esa voz que me llama y que me alienta,
y también a la mano seductora
que acaricie, la mía, con presteza.
Es el viento, dirán en los marjales,
es el eco que vuelve en la galerna,
pero el miedo latente, en mi costado,
seguirá en un cajón su duermevela.
"...Tengo miedo a la vida que prosigue
y a vivir peregrino de unas huellas,
aunque sé que mi norte está a tu lado,
corazón que me abrazas y me aneas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/12/15
Buenos dias amigo:Estos dias tan memorables para todos ...creo que TODOS...estamos pasando tristes dias y mucho miedo ...
ResponderEliminarTus versos no dejan de ser como poema bello...
abrazos
Gracias por ver todo eso en mis versos, Marina.
EliminarUn abrazo en la noche.
ResponderEliminar"Tengo miedo, decía aquella tarde,
a vivir esa parte del poema,
donde debo enfrentarme ante tus ojos
y expresar, sin palabras, lo que piensan"
Conozco esa sensación, pero al final el miedo, y la sensación de superarlo nos dan luz y aptitudes para enfrentar nuevas oscuridades.
Un abrazo.... Siempre de luz
Recibo y te devuelve ese "abrazo de luz", Athenea.
EliminarUn beso en la noche.
Es necesaraio no perder el norte y menos al lado de la persona amada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Completamente de acuerdo Efe.
EliminarUn abrazo.
Seguramente si ella te leyera se le ahogaría el alma de la ternura de niño espantadizo que recorre tus versos hoy, y correría en tu busca. Pero probablemente no, ya que como bien dices el miedo paraliza y ahoga…
ResponderEliminarHoy, particularmente me he sentido identificada con tus versos…
Cariños…
"...Si ella me leyera..." (Sin palabras)
EliminarGracias Oriana.
Un abrazo.
Quizás sea mejor dejar esas huellas que se borren.
ResponderEliminarAbrazos
Siempre que se puedan, Alicia.
EliminarAbrazos.
El miedo esta en nosotros siempre, es una parte de nuestro interior que siempre nos acompaña.
ResponderEliminarmariarosa
Es que va con nosotros, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Todos sentimos a veces ese miedo que has versado...
ResponderEliminarBesos.
Sí, Carmen, así es.
EliminarBesos.
Es un miedo feliz con ese final... :)
ResponderEliminarMuchos besos
Gracias por verlo así, Carmen.
EliminarMuchos besos también para ti.
Los cajones guardan tantas cosas, que nos podriamos llevar sorpresas.
ResponderEliminarFeliz salida y entrada de año Rafael.
Que el nuevo retoño te colme de paz y Amor.
Besosss!
Estoy seguro de que es tal y como dices, Carmen.
EliminarUn abrazo en este invierno que acaba de comenzar.
dame la mano y caminemos
ResponderEliminarTómala, entonces...
EliminarUn abrazo.
uufff me ha conmovido tengo miedo amar tengo miedo si será verdad tengo miedo y ese poema logre quepueda olvidar o volver amar .... en fin ... slo decirte uuffff tus versos micorazón tocó , Precioso, un abrazote desde mi brillo del mar
ResponderEliminarMe alegro de que así fuera, Bea.
EliminarUn abrazote.