No sabía que seguías mis pasos,
mariposa, en un verso, encarnada,
ni sentía a tus labios de seda
recorrer dulcemente mi cara.
Eras verso sutil, emergente,
una rosa naciendo en el alba,
una gota fugaz del rocío
que a mis ojos, también, animaban.
Y por eso admiré tu presencia
y te hablé, sin pasión y palabras,
bendiciendo tu vuelo tan tierno
y ese dulce rubor de tus alas.
Y miraste mi cuerpo intranquilo
y sentiste que estaba en la nada,
más allá de recuerdos y nieblas
y también de profundas resacas.
Pero tú, carantoña infinita,
me dejaste tu letra escarlata,
ese soplo de amor y suspiro
como un verso llegando hasta el alma.
Y así fue, mariposa sublime,
y soñé como sueñan las hadas,
con un bosque de robles eternos
y también de castaños y hayas.
Y allí estaba la esencia de todo
y también la paciencia encarnada,
con sonidos y notas que un ciego
rescataba, quizás, de su arpa.
Yo era el ciego, cubierto de niebla,
tú me diste la música sacra,
y el violín resonó con ternura
mientras tú, a mi lado, volabas.
"...Ahora llega, de nuevo, el invierno,
y te vas, mariposa, a tu casa,
a ese lecho de rosas y lirios
en que tú me ofreciste tus alas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/12/15
mariposa, en un verso, encarnada,
ni sentía a tus labios de seda
recorrer dulcemente mi cara.
Eras verso sutil, emergente,
una rosa naciendo en el alba,
una gota fugaz del rocío
que a mis ojos, también, animaban.
Y por eso admiré tu presencia
y te hablé, sin pasión y palabras,
bendiciendo tu vuelo tan tierno
y ese dulce rubor de tus alas.
Y miraste mi cuerpo intranquilo
y sentiste que estaba en la nada,
más allá de recuerdos y nieblas
y también de profundas resacas.
Pero tú, carantoña infinita,
me dejaste tu letra escarlata,
ese soplo de amor y suspiro
como un verso llegando hasta el alma.
Y así fue, mariposa sublime,
y soñé como sueñan las hadas,
con un bosque de robles eternos
y también de castaños y hayas.
Y allí estaba la esencia de todo
y también la paciencia encarnada,
con sonidos y notas que un ciego
rescataba, quizás, de su arpa.
Yo era el ciego, cubierto de niebla,
tú me diste la música sacra,
y el violín resonó con ternura
mientras tú, a mi lado, volabas.
"...Ahora llega, de nuevo, el invierno,
y te vas, mariposa, a tu casa,
a ese lecho de rosas y lirios
en que tú me ofreciste tus alas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/12/15
Eres muy dulce, Rafael y se palpa en tus letras, bello como siempre
ResponderEliminarMi beso
Gracias por tus palabras, Ame.
EliminarUn beso en la noche.
que bello y te dejó ese soplo lleno de amor entre rosas y lirios uuuff que dulzura y que música tus versos precioso un abrazo desdde mi brillo del mar
ResponderEliminarLa musicalidad del "decasílabo", Bea, solo es eso.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
pero es hermosa uufff ya quisiera yo lograr eso Feliz día querido amigo un abrazo
EliminarEstoy seguro de que puedes, Bea. ¡Inténtalo...!
EliminarUn abrazo.
Volverá en primavera.
ResponderEliminar; )
Besos.
Gracias, Carmen.
EliminarBesos.
Como todo en la vida, y hasta la vida misma, nada es eterno. Debemos ser felices en el momento, sin esperar que eso que nos brinda tanta felicidad, sea eterno. Me encantaron tus versos.
ResponderEliminarBesos amigo.
Esa es la cualidad de la vida, Paty.
EliminarBesos en la tarde querida amiga.
Bellisimos versos ...tus letras llevan tu firma
ResponderEliminarAbrazos y feliz dia
Gracias por tus palabras, Marina.
EliminarAbrazos y feliz día.
Tu poema me ha recordado al de mi poeta favorito, Neruda, con su Mariposa de sueño.
ResponderEliminarAquí, el tuyo, es también melancólico, íntimo y volátil como alas de mariposa.
Un beso.
La obra de Neruda es inmensa y siempre un placer detenerse en sus versos. Hay un poema de José Angel Buesa, "amor tardío", que también cita a la mariposa de una manera sublime. Te lo recomiendo.
EliminarUn beso en la tarde, Marinel.
Bonitas y armoniosas letras.
ResponderEliminarFeliz día Amigo.
Gracias por verlas así, Efe.
EliminarUn abrazo y feliz tarde.
LLeno de colores y matices, dulzura, ternura y sentimiento... es como una suave marea que nos eleva en su espuma invitando a volar...
ResponderEliminarMuackssss ¡¡
Me alegra de que percibas todo eso de mis versos, Womy.
EliminarBesos para ti.
Que belleza y que ternura Rafael
ResponderEliminarme encanta leerte tan romantico
Un Abrazo grande y bella tarde noche
Gracias por tus palabras, Slave.
EliminarUn abrazo en la noche.
Hay amores tan sutiles y a la vez tan profundos que nos rozan el alma y se anclan en ella
ResponderEliminarPrecioso poema Rafael
Que tengas muy buena semana
abrazos
Sin duda que sí, María.
EliminarAbrazos y feliz semana.
Para cuando llegue el invierno, todo se habrá convertido en ternura y las alas de la mariposa ya no querrán volar porque solo necesitarán no separarse nunca de ti, Rafael. Hermosos tus versos.
ResponderEliminarMe alegra de que los veas así, Tecla.
EliminarUn abrazo.
Poemazo.
ResponderEliminarSin más.
Felicidades, Rafael ;)
Abrazos
Gracias sinceras, Verónica.
EliminarUn abrazo.
Y otra vez se quedo en palabras y la dejo ir...
ResponderEliminarCariños...
Era inevitable, Oriana.
EliminarUn abrazo.
Las mariposas siempre vuelan, hermano; esa es su naturaleza...
ResponderEliminarFlores y Respiros
Isaac
Y que nunca dejen de volar, Isaac.
EliminarUn saludo y gracias por tu comentario.
Tu sensibilidad conquista a las palabras y éstas...lo transmiten a cada mirada.
ResponderEliminar✴✴
Gracias por ver así mis letras, Athenea.
EliminarUn abrazo.