La luna mira en la noche
los paseos tan vacíos,
y el avance de las sombras
por jardines ya tranquilos.
Se quedaron silenciosos
¡cómo no, los caballitos!,
que subían y bajaban
con los pies de tantos niños.
Y volaron los gorriones
a buscar, de nuevo, abrigo,
al amparo de las ramas
y el alero con sus nidos.
Y también nuestros ancianos,
se volvieron despacito,
a ese techo que es su casa
sin meter mucho ruido.
Es por eso que la luna
da sus pasos con sigilo,
y nos mira con sus rayos
e ilumina el infinito.
Ella quiere que ese roce
sea el beso de los niños,
y el abrazo caluroso
que les lleve su cariño.
Por lo tanto continúa
con su hermoso recorrido,
y hasta alumbra en las callejas
y en la torre del castillo.
En la huerta, las cigarras,
reproducen mil sonidos,
a la vez que su presencia
hace un dúo con los grillos.
"...Bella luna, luna llena,
que así asomas a este escrito,
ten paciencia y no te duermas
con los besos que te envío..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/15
los paseos tan vacíos,
y el avance de las sombras
por jardines ya tranquilos.
Se quedaron silenciosos
¡cómo no, los caballitos!,
que subían y bajaban
con los pies de tantos niños.
Y volaron los gorriones
a buscar, de nuevo, abrigo,
al amparo de las ramas
y el alero con sus nidos.
Y también nuestros ancianos,
se volvieron despacito,
a ese techo que es su casa
sin meter mucho ruido.
Es por eso que la luna
da sus pasos con sigilo,
y nos mira con sus rayos
e ilumina el infinito.
Ella quiere que ese roce
sea el beso de los niños,
y el abrazo caluroso
que les lleve su cariño.
Por lo tanto continúa
con su hermoso recorrido,
y hasta alumbra en las callejas
y en la torre del castillo.
En la huerta, las cigarras,
reproducen mil sonidos,
a la vez que su presencia
hace un dúo con los grillos.
"...Bella luna, luna llena,
que así asomas a este escrito,
ten paciencia y no te duermas
con los besos que te envío..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/11/15
La luna que mira y resplandece en la noche.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
Así es, María.
EliminarUn beso.
ella lo sabe , y qué bueno
ResponderEliminarmirar y ver nunca fueron lo mismo
abrazos
Gracias por tus palabras, Ely.
EliminarAbrazos.
Bellísímo.
ResponderEliminarDificil que la luna no se duerma.
Bs.
Cierto, Amapola.
EliminarBesos.
Pero los gorriones no se van por frío, quizás andan buscando aventuras.
ResponderEliminarAbrazos
Es posible, Alicia, por eso andan "jugando".
EliminarAbrazos.
La luna siempre nos acompaña. Me alegra haber llegado a tus escritos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, Demina.
EliminarUn abrazo.
Ilumina nuestro camino en la noche.
ResponderEliminarBellas letras las que le dedicas.
Besos.
Lunna.
Gracias por verlas así, Lunna.
EliminarBesos.
uuffff pos qué hacemos con esa luna ? que nos inspira luna luna luna lunita plateada jejejejeej Luna que enamora, Luna que plasma así como tú de lindo un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarSeguir escribiéndola y deseándola una y mil veces, Bea.
EliminarUn abrazo.
Yo soy muy "lunero"... me gusta mirarla...
ResponderEliminarTu poema la ensalza...
Abrazo.
Pues no dejes de hacerlo, Impersonem.
EliminarUn abrazo.
Seguro que te espera.
ResponderEliminarBesos.
A ti también, Carmen.
EliminarBesos.
Tus versos me recuerdan esos cuentos que nos relajaban, nos hacían ver todo hermoso y luego, nos hacían dormir, para seguir soñando con un mundo bello.
ResponderEliminarUn cálido abrazo.
Es bonito sentirse, a veces, como esos niños que fuimos y que quizás somos aún, a pesar del tiempo.
EliminarUn abrazo querida amiga, Paty.